martes, 15 de julio de 2014

“LAS UNIVERSIDADES PÚBLICAS SON MALAS. MEJOR SON LAS PRIVADAS”.



Un incesante goteo de mentiras a través de toda nuestra historia reciente ha logrado que los peruanos crean que las universidades públicas son malas. Que mejores son las universidades privadas. ¿Es verdad eso? ¿No será que al poder económico le ha molestado siempre las protestas contra los abusos del gobierno en turno que suelen hacer estudiantes de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos en Lima, de la Universidad Nacional de San Agustín en Arequipa, de la Universidad Nacional de San Antonio Abad en Cusco o de la Universidad San Cristóbal de Huamanga?
La oligarquía peruana, que siempre ha movido a sus títeres del gobierno, viene desde hace muchas décadas asfixiando los presupuestos de las universidades nacionales, deseando que no funcionen o que funcionen precariamente. Y si no han logrado todavía desaparecerlas es gracias a un profesorado comprometido con su labor educativa.
Si damos una mirada a las mejores universidades de Latinoamérica y constataremos que en todos los rankings aparecen universidades nacionales en los primeros puestos. Sí, y repito: las mejores universidades de Latinoamérica son nacionales. Entre ellas destacan: la Universidad Nacional de México (UNAM) que tiene 500.000 de estudiantes; la Universidad de Sao Pablo y la Universidad Estatal de Campinas en Brasil con 75,000 y 14,000 estudiantes respectivamente; la Universidad de Chile, 28,000; la Universidad de Buenos Aires, 310,000. En los rankings solo destaca una universidad privada, es la Universidad Católica de Chile.
¿En qué puesto están las universidades públicas o privadas del Perú? Pues búsquelas, yo no las he encontrado entre las primeras 100 mejores universidades de Latinoamérica.
El archi-corrupto presidente Fujimori, supo bien cómo destruir las universidades nacionales que, si es verdad en un tiempo fueron refugio de senderistas, más lo fueron como foco de protestas por la corrupción escandalosa de su gobierno. El descarado Fujimori con el aplauso enfervorecido del poder económico y de la prensa encontró una veta para hacer ricos a sus amigos al dar una ley por la que se  autorizaba crear universidades con propósito de lucro para, decía, mejorar la educación universitaria. Esta ley es insólita, descarada y estúpida, no hay ningún país en el mundo que tenga una ley igual. Ni Harvard, Princeton o el MIT, por mencionar las universidades privadas más reputadas del mundo, tienen propósito de lucro. En todo caso actúan como fundaciones, como grandes ONG y no como negocio. En estas universidades no se reparten utilidades ni beneficios, ni pagan millonarios sueldos a sus rectores tal como los que reciben rectores de las universidades privadas del Perú (ver Filípica anterior).
  
Me da asco seguir argumentando algo tan miserable como tener que defender la educación pública universitaria y atacar a los que creen tener derecho de hacerse ricos explotando la veta de oro de la educación universitaria. Que sigan los peruanos creyendo que las universidades nacionales son malas y que las privadas son las mejores. Total, los peruanos no protestan porque todavía creen que sus gobiernos son los únicos responsables de lo que sucede, y que su cerveza es la mejor del mundo.

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