sábado, 30 de julio de 2011

CLAROS Y OSCUROS EN EL MENSAJE DE HUMALA

Creo sinceramente que el primer mensaje a la nación como presidente deja satisfechos a los que esperamos un cambio en la política social del país. El énfasis reiterado en la necesidad de la inclusión social de los sectores más discriminados del país, esa mayoría minorizada por los sectores acomodados, es una tara que debe acabar de una vez por todas.
Muchas promesas específicas de Humala han sido valientes y necesarias, no las voy a repetir porque sería redundar en lo ya ha sido cubierto por los medios de comunicación, sin embargo hay otros puntos que preocupan.
1. ¿Podrá realizar esta inclusión social luego que ha encargado la política económica a personas que han demostrado poco o ningún compromiso social? Me refiero a sus principales ministros, en especial al de Economía y Finanzas.
2. Preocupa tambien el alivio y hasta felicidad que luego del mensaje han manifestado sectores empresariales conocidos por su rapiña y falta se solidaridad. ¿Por qué están contentos? ¿Qué es lo que saben que nosotros no sabemos? Hay algo que no encaja en el panorama. Sé que es un exceso de suspicacia, pero ya tengo muchos kilómetros recorridos y realmente no creo en la política de “cerveza para todos”. ¿Se puede hacer una tortilla sin romper huevos?
3. Por otro lado hay algunos puntos, que en un exceso de contemplación con el fujimorismo Humala no ha mencionado, y que fueron sustanciales para que consiguiera la presidencia. Por ejemplo: ¿Dónde quedó la necesidad de investigar la esterilización forzada de 300,000 mujeres? ¿No hubiera sido útil mencionarlo para acallar los histéricos gritos de Marta Chávez? Humala debe aprender que con esa gentuza no puede haber una política de guantes blancos. Los asesinos a la cárcel, sus cómplices también.
4. Igualmente es difícil entender su escueta mención sobre conflicto armado que fracturó el país dejando 70,000 cadáveres, miles de torturados y mujeres violadas, y cerca de 17,000 desaparecidos. Lo único que dijo al respecto fueron cinco líneas: “Debemos poner fin a las secuelas de la violencia terrorista que vivimos y cumplir con las reparaciones individuales y colectivas. Es necesario que las víctimas y deudos rehagan sus vidas personales y familiares, que miren con otros ojos su futuro porque viven en una patria que los incluye y que los reconoce como peruanos”. Humala debería saber que el asunto de las reparaciones económicas es solo una parte para lograr la plena reconciliación nacional, y eso no se consigue con tardías y miserables reparaciones. Para reconciliar el país se necesita saber la verdad y encausar a todos los asesinos, sean quienes sean. No hay futuro sin perdón, dice Desmond Tutu, pero para perdonar hay que saber la verdad. Las heridas no se cierran con dinero, hace falta más, por ejemplo enjuiciar a todos los culpables y encontrar a los desaparecidos que yacen en las casi 4,000 fosas comunes que no han sido exhumadas por dejadez y miedo a encontrar rastros de los asesinos.


Esperemos que conforme vaya asentándose en la presidencia, Humala pueda cumplir sus deseos para conseguir la impostergable inclusión social, y que su pasado castrense no le impida lograr una reconciliación nacional basada en el cumplimiento de los Derechos Humanos.
Por el momento tengamos fe en él, pero mantengamos los ojos bien abiertos.

lunes, 25 de julio de 2011

¿SOBRE HUMALA HABRÉ PECADO DE INGENUO O DE OPTIMISTA?

Mi silencio sobre Humala no ha sido por falta de ganas de escribir ni por enfermedad, simplemente ha sido por desorientación. No sé por dónde vienen los tiros. Saludé la elección de Humala diciendo, quizá prematuramente, que “es el primer presidente de izquierda democráticamente elegido en el Perú en toda su historia”. Y agregaba: “cuánto le hubiera gustado ver este logro a José Carlos Mariátegui, César Vallejo, José María Arguedas, Luciano Castillo, Alberto Flores Galindo, Alfonso Barrantes y a miles de intelectuales, artistas, o simplemente seguidores de ideas socialistas, como lo fue mi hermano el Dr. Donald Morote”.
Luego de que Humala ha ratificado al presidente del Banco de Reserva y nombrado ministro de Economía al ex viceministro de Alan García en este ramo, ya no estoy seguro de cuál será su política económica. Estoy en ascuas, preocupado. Me saltan a la mente muchas preguntas.
• ¿Quién es realmente Humala? ¿Un típico traidor de la izquierda o un estratega excepcional que encandila a la derecha momentáneamente, pero que cumplirá sus promesas?
• ¿Habré pecado de ingenuo suponiendo que Humala tendrá en cuenta a los que lo eligieron?
• ¿No seré un optimista recalcitrante y estúpido pensando en que Humala puede cambiar el rumbo político del país?
No sigo con las preguntas, son muchas. Por ahora prefiero callar y esperar. Ya llegará el momento. Pero que no crea Humala que el pueblo que lo eligió no le pedirá cuentas. Ya pasó el tiempo en que las promesas incumplidas se recibían con resignación. Ahora que los grandes medios de comunicación han perdido su fuerza de engaño, las redes de Internet tienen un poder de convocatoria inédito en la historia.
¡No nos traiciones Humala! ¡El pueblo ya está harto de traiciones!
HM


PD. ¿El próximo septiembre votará el Perú en la asamblea de la ONU a favor de un estado palestino, o el primer ministro de Humala, Salomón Lerner Ghitis, hará que se vote en contra de este justo reclamo?

jueves, 7 de julio de 2011

"OH, MI PATRIA TAN BELLA Y PERDIDA"

Existen en la vida momentos solitarios e inolvidables que han sido desencadenados por una melodía que nos conmueve hasta las lágrimas. Dejando a un lado la actividad que no me deja añorar, oí a Ricardo Muti y pensé en la gente buena, amable, trabajadora y honesta de un Perú que pudo ser y no fue. Y a pesar de todo hay esperanza, por eso debemos hacernos guardianes de mantener el fuego de lo posible.
En un gesto inusitado el maestro Ricardo Muti interrumpe la ópera Nabucco en el teatro Roma para dirigirse al público que pasa por una horrible crisis económica, pero también de valores. Muti les habla de esos valores y dice que si no se ayuda a la cultura italiana “la bella Italia estará perdida”, luego invitó al público a cantar la siguiente aria. La emoción que esto me produjo es contagiosa. Pienso en mi Perú, “oh mi patria tan bella y perdida”, “Oh recuerdo tan caro y fatal”. Roguemos que “te inspire el Señor un aliento, que al padecer infunda virtud”. “Que al padecer infunda virtud”.Para conmoverse por nuestra patria no es necesario comprender la letra, simplemente sentir la música de Nabucco de Verdi y dejarse llevar por ella. Sugiero verla en pantalla completa.
Eso sí, si estás con prisas no hagas caso a este correo. http://www.youtube.com/watch?v=j5IyMXpRkFo&feature=fvst

 Herbert Morote