domingo, 11 de diciembre de 2011

LA DERROTA DE LA INTELIGENCIA. ESCRIBE CÉSAR HILDEBRANT

A continuación transcribo un artículo de Hildebrandt que en esta oportunidad coincide con lo que pienso, y me evita porner estas ideas en otras palabras. Este artículo me lo envió mi amiga Antonia Carlos, graciasHM
MATICES
LA DERROTA DE LA INTELIGENCIA
Escribe César Hildebrandt

Las decepciones son mayores cuando las esperanzas son más intensas. A pesar de que la segunda vuelta obligaba a Ollanta Humala a la moderación y a la búsqueda de consensos, era obvio que quienes votaron por él conservaron la expectativa de que un gobierno suyo iba a traer algunos cambios cualitativos. De eso se trataba, precisamente, la pelea política y moral con Keiko Fujimori.
Esa esperanza de cambios ha terminado.
En un proceso semejante a la progeria, esa enfermedad que envejece a los niños a la Velocidad del infortunio, Humala se ha resignado a gerentear el Perú. El poder económico ha hecho con él lo que logró hacer con casi todos: ensillarlos, adobarlos, engullirlos. Al empresario salitrero Billinghurst no lo pudieron convertir en sirviente y por eso le dieron un golpe de Estado. Al general Velasco no lo pudieron asustar y por eso lo han convertido en el demonio temido al que hay que seguir aporreando desde sus medios de comunicación. Todos los demás entraron al redil. Humala acaba de hacerlo a paso redoblado.
La declaratoria del estado de emergencia cuando se estaba a punto de llegar a un acuerdo no sólo dejó mal parado a Salomón Lerner sino que fue un mensaje hacia el futuro: los acuerdos son peligrosos cuando uno no está dispuesto a cumplirlos, mejor es militarizar "las ciudades alzadas".
Cajamarca no es una villa levantisca. Cajamarca está harta de esa minería avariciosa que todo lo enmugra con sus ácidos, sus humos ponzoñosos, su dinástica mierda. Cajamarca no está contra la minería que respeta y concede. Está en contra de ese antro aurífero, colonialmente prepotente, llamado Yanacocha. Ahora Cajamarca es una ciudad tomada "por las fuerzas del orden". ¿De qué orden? Del orden tal como lo entiende la derecha pre Gutenberg peruana. Es decir, palo y bala si es necesario con tal de que nadie se oponga a nuestro destino de vendedores de rocas molidas. Y palo y bala para los que osen enfrentarse a 200 años de desprecio. Humala es nuestro nuevo Zelig. Habla como Sánchez Cerro, actúa como Alan García, decide como lo hubiera hecho Luis Bedoya. Ya ni siquiera disimula, lo cual, en efecto, es un mérito. Caída la máscara del reformador, apagadas las luces del centrista, Humala marcha a paso ligero a ser el albacea del modelo que aquí impuso una banda de delincuentes cuyo cabecilla tiene una sentencia de 25 años por delitos de lesa humanidad.
Que Humala se prepare para otros Cajamarcas. Si cree que va a intimidar actuando como un matón que ordena detener durante diez horas, sin mandato judicial alguno, a dirigentes que salían de una cita en el Congreso, se equivoca. Si cree que invirtiendo 500 millones de soles en infraestructura (mientras congela, irregularmente, las finanzas del gobierno regional) va a comprar a Cajamarca, se equivoca dos veces. Y si cree que los aplausos de la derecha y su plebe amaestrada suponen un veredicto popular, se equivoca tres veces. Ya ni siquiera disimula, lo cual, en efecto"  es un mérito
Saldrá este fin de semana una encuesta que dirá su popularidad ha aumentado, señor Humala. No se la crea. Detrás de esas cifras está la verdad. La rabia polvorienta de los pueblos que se sienten fuera de toda inclusión política no la miden las encuestas, que a Fujimori también le sonreían.
No les crea, señor Humala, a los incondicionales que le dicen que usted ha recuperado la autoridad. Eso le decía El Comercio a Sánchez Cerro cuando mandaba bombardear Trujillo, y a Odría, cuando mandaba matar a Negreiros. La historia del Perú está plagada de ovaciones siniestras venidas desde los palcos. Los éxitos "del orden" siempre serán provisorios cuando la meta no es hacer justicia sino durar, congraciarse con los inversionistas mineros, ser plausible para los de siempre.
Era justo borrar a Conga de la cartera de proyectos mineros. No sólo porque es incompatible con la agricultura y la conservación de recursos hídrico de la zona sino porque su Estudio de Impacto Ambiental era, como lo demostró el ex viceministro José de Echave, maliciosamente incompleto. Y porque, además, Conga es hija de Yanacocha, una empresa que ha hecho todo lo posible para que los cajamarquinos la odien y teman. Ahora usted repite a Alan García con eso de que el suelo es privado pero el subsuelo es del Estado. Es argumento tan indigno, intelectualmente tan mísero, que debería avergonzar a quien lo esgrima.
Vayamos al absurdo: ¿y si mañana unos explorar res chinos o canadienses descubren, en las proximidades de Machu Picchu, un millón de toneladas de oro y varios trillones de metros cúbicos de gas? ¿Nos deshacemos de la zona de amortiguamiento de Machu Picchu? ¿Ponemos en peligro esa maravilla? No, ¿verdad?
Machu Píichu, al fin y al cabo, es el testimonio de una civilización que tuvo una relación amistosa con el medio ambiente. ¿y por qué el pasado, por más majestuoso que sea, puede resultar más respetable que límpidos presentes de una región que vive hace siglos de producir cosas fragantes que se comen?
Para llegar al subsuelo hay que perforar los suelos, abatir las propiedades, cambiar los paisajes, matar aguas. Decirle a Cajamarca que el suelo es suyo pero el subsuelo es "nuestro", es decirle que el suelo no suyo y que está expuesto a la voracidad minera y a la complicidad del Estado con los poderes fácticos.
Somos una república unitaria, pero no somos una dictadura unitarista. Somos un país, no un cuartel. Y usted prometió (tengo las grabaciones respectivas) aguas y lagunas conservadas para Cajamarca, un nuevo país para los que han esperado tanto, cambios y reformas en los contratos de Inversión que, tomando como base el interés público, así lo requirieran.
Alguien que pierde los ideales, un gobierno que abandona su esencia, un horizonte de bala y pragmatismo, la política hecha medición de PBI y aplauso de las agencias de calificación de riesgo, ¿qué son, qué galaxia de sentido forman? El fenómeno tiene un nombre: es la derrota de la inteligencia y el triunfo de la administración.
César Hildebrandt

Amen. Herbert Morote

2 comentarios:

  1. A la fecha de escribir esta opinión, 07-01-2012 las cosas están claras con el último mensaje de la PCM ante el Congreso de la República. Parecería que hasta la fecha no aparece un patriota que escape al redil. Entre tanto los pobres esperan la Gran Transformación y la rebaja del Gas que podría ser otro cuento chino. Como dice César Hildebrandt solo somos "vendedores de rocas molidas".....

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  2. Una cosa es clara. Jamás propondría a Cesar Hildebrandt como presidente de la República. El odio a Fujimori (¿Envidia de fondo?) nubla la perspectiva de fondo y nos impone rabiosas negaciones inmediatistas a las actitudes de quien está en la responsabilidad del gobierno. Hay que ponerse en los zapatos del gobernante aunque sea por una sola vez. Sea este Antauro o García. Exacervar ánimos de una multitud peruan hambienta de nuevas sensacionalistas o futbolísticas sólo contribuirá a sacar lo peor de nosotros.

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