¿Vale la pena hacer un esfuerzo para cambiar algo de este mundo descerebrado?, no lo ha conseguido Chomsky ni ningún intelectual disidente de su altura. La idiotez se ha apoderado de las masas de tal forma que ni se dan cuenta del estado en que se encuentran, es más, muchos hasta se sienten satisfechos con la condición en que viven. ¿No lo creen? En otra oportunidad comentaré algunas encuestas.
Lo grave es que no se vislumbra en el horizonte ninguna opción política que despierte entusiasmo. ¿Esta situación es consecuencia del pensamiento de derecha o del neoliberalismo o de como quieran llamarlo? ¡NO! El pensamiento de derecha no existe, lo que tenemos es simplemente la praxis de un capitalismo salvaje, irresponsable y angurriento. El verdadero poder que gobierna el mundo no es Estados Unidos, es el corporativismo transnacional llamada por la prensa anglosajona “The New Imperial Age” o bautizada como “corporocracia” por Juan Luis Conde http:(http://juanluisconde.blogspot.com)
Los defensores de la mal llamada derecha y todos los intelectuales que la respaldan no hacen otra cosa que dar la cara por sus amos, los capitalistas, sean quienes sean, vengan de donde vengan, nativos incluidos. Estas cajas de resonancia son simplemente voceadores pagados de una manera u otra por corporaciones, fundaciones u organizaciones financiadas y dirigidas por ellos. ¿Por qué estos ventrílocuos del verdadero poder son los únicos que tienen acceso a los medios de comunicación para indoctrinar o desinformar a la masa? Pues simplemente porque los medios de comunicación son empresas que viven de la publicidad de sus colegas y por tanto tienen que seguir la línea editorial que les impongan sus clientes. Por ejemplo, si un medio criticase al Banco Santander por el cobro excesivo de comisiones no solo atacaría a ese banco sino a toda la banca, y como consecuencia ya podría olvidarse de su publicidad y de la publicidad de todos los clientes importantes de los bancos. O sea a callar y hablar de fútbol o de crímenes, o de la corrupción de los alcaldes.
¿Y la izquierda? Pues peor no puede estar, casi no respira. A lo más son unos cuantos trasnochados que lo único que hacen es pelear entre ellos. La izquierda está acabada en el mundo entero. Están en caída libre. La verdad es que se lo merecen por desunidos, por tener una mentalidad de piojo, por no entender lo que es importante. La izquierda nunca desarrolló una estrategia ganadora, sus miembros se perdieron en vericuetos internos, en dimes y diretes, en traiciones sin fin. Desaparecida la Unión Soviética su precipitación fue total.
Bueno, si no hay remedio porqué no apagamos las luces y nos vamos. ¿Para qué diablos estoy escribiendo esto si todo está perdido? Lo hago porque felizmente conozco a una minoría consciente que piensa por sí sola, que disiente, que está inconforme con lo que pasa, que desea el progresar con honestidad y esfuerzo. Conozco a muchos jóvenes y personas mayores que no han sido engañados ni adormecidos por la prensa ni la televisión.
Todavía existe gente que no ha podido ser aborregada. Son ellos los destinatarios de mis filípicas. Imito modestamente a Demóstenes cuyas Filípicas, llamadas así por estar dirigidas a Filipo II rey de Macedonia, tenían como verdaderos destinatarios a los atenienses para alertarlos del peligro que corrían. O Cicerón, cuyas filípicas contra Marco Antonio tenían como destinatario a los senadores romanos para reforzar el rechazo al cesarismo y la tiranía que se cernía sobre ellos.
Hace 30 años tuve la ocasión de entablar cierta relación con un anciano monje cartujo de un monasterio enclavado en un macizo alpino poco accesible. Los domingos en la tarde este monje se encargaba de hacer un tour al convento a los pocos turistas que llegaban a ese remoto lugar. Antes de partir de Francia me acerqué a despedirme de él y aproveché para preguntarle si el voto de silencio, las pesadas tareas que tenían y el rigor de su exigente horario de oraciones, justificaban el sacrificio. Le pregunté si estaba enterado de lo que pasaba en el mundo, y si no estaba preocupado por la suerte de aquel inmenso convento que en un tiempo albergó más de cien monjes y que ahora no pasaba de la docena. El viejo monje me regaló un libro diciéndome: “aquí encontrarás nuestra misión, nosotros queremos mantener la llama de la fe. Cierto es que la llama está más débil que antes, pero aún así será capaz de encender la mecha que cause una explosión de fe y amor cuando se den las condiciones. Nuestra misión en la vida es mantener esa llama de esperanza”.
Los disidentes debemos hacer lo mismo.
jueves, 4 de febrero de 2010
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La lampara con la que Diogenes BUSCABA al hombre aun no se ha apagado,subsiste en los depositarios de espiritus libertarios elevados que aspirean a que LOS HOMBRES DE BUENA VOLUNTAD GRACIAS A SU EDUCACION,CULTURA,INSTRUCCION E INFORMACION (aun no alienados por la atosigante y estupidizante servil media),SOLIDARICEN Y FRATERNICEN EN MEDIO DE LA LIBERTAD CON RESPETO A SU DIGNIDAD HUMANA,A SUS CREDOS,IDEOLOGIAS,TRADICIONES Y COSTUMBRES QUE LES DISTINGAN MAS NO QUE LOS DIFERENCIEN IRRECONCILIABLEMENTE EN ESTE MUNDO MULTICULTURAL,MULTIETNICO QUE POR SIEMPRE SERA VARIADO Y DIVERSO NO IGUAL HOMOGENIZADO, DE ELITE PARA POCOS Y GUETHO PARA LAS MAYORIAS.
ResponderEliminarEL MUNDO PARA TODOS NO DEBE DESAPARECER PARA DAR LUGAR AL MUNDO PARA NADIE.FRENEMOS Y REVIRTAMOS LA CORRIENTE DE LA VERTIGINOSA TENDENCIA estupidizante y deshumanizada.