Desde tiempos inmemoriales se ha clasificado a los países o a sus sociedades con el fin de administrar, educar, indoctrinar o manipular a la gente. La frustración es que ningún ordenamiento sirve ahora para comprender cabalmente las fuerzas que influyen en nuestra sociedad y son causa de un comportamiento u otro. Es evidente que el crecimiento socioeconómico no es armónico ni justo, esto obliga a buscar una nueva perspectiva para tratar de entender lo que sucede.
CLASIFICACIÓN DE SOCIEDADES
Dependiendo del punto de vista que se tome, la sociedad ha sido clasificada de diferentes formas. El Antiguo Régimen se componía a grosso modo de nobleza, clerecía, militares, comerciantes y pueblo llano. Los fanáticos religiosos dividen a la gente entre fieles, su propia religión, e infieles, la religión de los otros. Los marxistas la dividieron entre proletarios, burgueses y capitalistas. Los racistas entre blancos, negros, indios, mestizos, asiáticos, judíos, etcétera. En el siglo XX se comenzó a examinar a la sociedad según los ingresos económicos: clase alta, media y baja, matizando algunas de ellas, por ejemplo: clase media alta, o clase media baja.
En algunos países, como en el Perú, las encuestas públicas clasifican la población de acuerdo al nivel socioeconómico (NSE), es decir la combinación del estilo de vida con los ingresos económicos. Así el Nivel A representa a los que tienen un alto ingreso y viven con lujo. Las personas pertenecientes al Nivel B tienen un menor ingreso y condiciones de vida menos acomodadas, y así se continúa hasta llegar al Nivel E cuyos habitantes viven con menos de un dólar al día y en condiciones miserables.
CLASIFICACIÓN DE PAÍSES
La Guerra Fría dividió el mundo en dos: Países Totalitarios, bautizados así por Occidente a los que estaban bajo la órbita soviética, y Países Capitalistas y los dominados por Estados Unidos, según opinión de la URSS. Desde el punto de vista geográfico también se ha hablado del conflicto entre los países del hemisferio Norte y los del Sur. Sugiriendo que los del Norte son avanzados, no importando que algunos, como Mongolia y otros países pobres, estuvieran en ese hemisferio, y los del Sur constituidos por países pobres con alguna excepción. A partir de la segunda parte del siglo XX se ha hablado de países desarrollados y subdesarrollados, dependiendo de su grado de industrialización. Cualquiera que fuese la clasificación se notaba fricción y antagonismo entre las naciones que motivaban dando lugar a conflictos bélicos y tensiones insuperables.
EL PROBLEMA
La desaparición de la Unión Soviética trajo un espejismo de armonía mundial que motivó al filósofo Fukuyama a escribir en 1989 su famoso artículo “¿EL FIN DE LA HISTORIA?” Estimaba este politólogo estadounidense que ya no habría oposición a la política de neoliberalismo, se acabarían las luchas ideológicas, todo el mundo abrazaría el triunfo del pensamiento de EE UU.
El sueño no duró nada:
• Millones de habitantes pobres invadieron países ricos y 700 millones más desean también emigrar.
• Las tensiones del mundo toman un nuevo cariz: muchos creen que Occidente quiso asegurarse las fuentes de petróleo invadiendo Irak. Luego pretextando la seguridad mundial invadió Afganistán para intentar acabar con Al Qaeda.
• Palestina sigue sin poder constituirse en país mientras Israel sigue apropiándose de su territorio.
• Los países musulmanes se sienten humillados por las invasiones y el trato que les da Occidente. Algunos de sus habitantes responden con ataques terroristas en Nueva York, Madrid, Londres y donde se les permita.
• Samuel Huntington publica su artículo “EL CHOQUE DE CIVILIZACIONES”.
• El mundo se vuelve nuevamente inseguro, y como dice el periodista danés amenazado de muerte por sus caricaturas anti-islamistas, “existe una guerra, pero nadie sabe dónde está el frente”.
UNA NUEVA CLASIFICACIÓN PARA ENTENDER EL MUNDO
Dominique Miösi en su artículo de 2007 “THE CLASH OF EMOTIONS” (El choque de emociones) y al año siguiente Tzvetan Todorov con su libro “LA PEUR DES BARBARES” (El miedo a los bárbaros) examinan la situación mundial desde una nueva óptica: Lo que caracteriza a los países y condiciona sus comportamientos son las emociones. Según esta teoría hay cuatro clases de países. 1. Países con miedo. 2 Países con apetito. 3 Países resentidos, humillados. 4. Países indecisos.
Países con miedo son los de Occidente, como Estados Unidos y Europa, quienes a pesar de la arrogancia de sus fuerzas armadas y su poderío económico tienen miedo a perder sus privilegios, por eso han inventado las guerras preventivas, y por eso han desarrollado un sofisticado control de los medios de comunicación y de los intelectuales.
Países con apetito serían aquellos que se esfuerzan denodadamente para ser tan poderosos como los países de alto desarrollo e imitan sus estrategias de crecimiento. Ejemplo de ellos podría ser China,
Países resentidos son aquellos que se sienten avasallados real o imaginariamente por potencias extranjeras.
Países indecisos incluirían a los que todavía no han decidido que ruta tomar, les falta la pasión, la entrega y sacrificio para llegar a ser países con apetito, y no se sienten resentidos ni rencorosos. Están desorientados. Pero mientras tanto están perdiendo el tren y sus recursos naturales son explotados por otros países.
¿Se puede adaptar esta clasificación de países a una sociedad específica, digamos la del Perú? Creemos que sí. Lo veremos en las siguientes filipicas.
jueves, 25 de febrero de 2010
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