jueves, 16 de junio de 2011

CARTA ABIERTA A OLLANTA HUMALA





1ª CARTA ABIERTA A OLLANTA HUMALA
RECONOCIMIENTOS Y PRIORIDADES







17 de junio de 2011
Sr. Ollanta Humala
Hotel Los Delfines
Los Eucaliptos 555
San Isidro. Lima 27

Estimado Ollanta:
Cuando jures el cargo el 28 de julio tendrás el privilegio y honor de ser el primer presidente de izquierda democráticamente elegido en toda nuestra his-toria. Cuánto le hubiera gustado ver este logro a José Carlos Mariátegui, César Vallejo, José María Arguedas, Luciano Castillo, Alberto Flores Galindo, Alfonso Barrantes y a miles de intelectuales, artistas, o simplemente seguidores de ideas socialistas, como lo fue mi hermano el Dr. Donald Morote. Recuerda también que muchos de ellos sufrieron incomprensión, discriminación, burlas, abusos, destierro y hasta olvido.
Ya ves, Ollanta, tienes la gran responsabilidad histórica de enderezar el rumbo el país y acabar con la injusta desigualdad económica y social a la que ha estado sometida la mayor parte de la población. Por eso no estaría mal que antes de asumir el cargo reflexionaras sobre los apoyos con que puedes contar para plasmar las expectativas puestas en ti.
En la primera vuelta te votaron principalmente los provincianos hartos de ser explotados, marginados y minorizados a través de toda la historia. También tuviste el respaldo de los que creen que la doctrina neoliberal no es una solu-ción para los problemas que enfrenta el país. A mí me hubiera gustado mucho estar entre ellos pero no lo hice en esa vuelta por dos razones: Una, porque me dio asco que fueses a visitar al cardenal Cipriani para buscar su apoyo. La otra razón fue tu pasado acercamiento a Hugo Chávez, tiranuelo, demagogo y bocón que, apoderándose de todos los poderes del estado, no ha logrado me-jorar las condiciones de vida del pueblo venezolano no obstante la abundancia de petrodólares. A pesar de representar corrientes opuestas, uno, la derecha más retrógrada e insolidaria, y el otro, un militarismo prepotente y déspota, Ci-priani y Chávez tienen como común denominador su dogmatismo draconiano y la falta de respeto para los demás. Exhibirte con esa clase de gentuza y los tumbos de tus discursos causó en mí confusión y desapego a tu candidatura en la primera vuelta.
La segunda vuelta se te hizo más propicia. Realmente fue una suerte que compitieras con Alberto Fujimori porque cualquier otro candidato te hubiera de-rrotado ampliamente. Digo Alberto y no Keiko porque nadie en su sano juicio puede creer que la hija tuviera opinión propia, más cuando su equipo estaba conformado por los mismos sujetos del clan familiar y político de su condenado padre, que desde su cárcel dorada dirigía la campaña.
Ante el peligro que regresase la corrupción y crímenes del dúo fujimonte-sinista, la clase pensante del país como son los intelectuales, artistas, catedrá-ticos, politólogos, defensores de los derechos humanos, salió en tu apoyo no tanto por coincidir contigo sino por el temor de que regresase el fujimorismo con todo lo que eso significaba.
Para la segunda vuelta tú, con el 32%, y Fujimori con el 23% tenían que ganar el voto del 45% que no votaron por ustedes en la primera. ¡De nuevo y acomodarse!, dice la marinera, y aquí vinieron las confirmaciones y sorpresas. No sorprendió que un especulador financiero como Pedro Pablo Kuczynski diese su apoyo al corrupto clan de Fujimori. Con esos me haré más rico, pen-saría. Tampoco causó extrañeza que Toledo se inclinase por ti, no tanto porque se inclinase a la izquierda sino porque PPK se había convertido en su enemigo. El “mudo” Castañeda por fin habló y apoyó a Fujimori, que lástima, calladito se le veía más bonito. En cualquier caso estos apoyos no significaron un endoso de votos ya que ninguno de ellos tenía detrás un partido político sino simple-mente simpatizantes ocasionales, por eso los derrotados PPK y Castañeda ya pueden despedirse de la política nacional. El apoyo que te dio Toledo le salvó del fracaso completo, ahora se arrimará a ti para sacar alguna tajada.
La campaña de la hija del condenado fue la que se esperaba: por un lado reivindicó con descaro el gobierno de su padre hasta llegar a decir que fue el mejor de la historia, y por otro lanzó, con el apoyo del poderoso grupo El Co-mercio, una campaña de miedo atribuyéndote ideas comunistas que desestabi-lizarían al país y lo llevaría a la ruina.
En cuanto a tu segunda vuelta, estimado Ollanta, debes felicitarte por los apoyos recibidos a pesar de que has puesto a prueba nuestra fe. Quizá con-fiaste que Fujimori no era una opción para los peruanos que tuvieran memoria. Pero muchacho, ¡qué bandazos has dado! Tienes que reconocer que en más de una ocasión no sabíamos si eras de izquierda, de centro, o hasta de dere-cha. Por mi parte vi con agrado que desaparecieran mis dos objeciones de la primera vuelta. La primera cayó del cielo, el cardenal Cipriani apoyó abierta-mente a Fujimori y utilizó los púlpitos para fustigar a los que te apoyaron, en especial a Mario Vargas Llosa. Ya ves, nunca debiste haberte acercado a esa vergüenza del catolicismo. Mi segunda objeción desapareció al separarte de la mala influencia de Hugo Chávez y inclinarte por Lula, poseedor de un pensa-miento de izquierda inteligente y democrático. Muy buen cambio, Ollanta.
Sin embargo, “la carne sale con hueso”, decía un carnicero de mis tiem-pos mozos, por eso no toda la influencia de Lula era, a mi modo de ver, tan diáfana como hubiera querido. Los asesores que te envió Lula hicieron que cambiases tu imagen a fin de que pudieras dar a cada sector la dosis de pro-mesas que esperaban. Eso creo que se llama política y por tanto escapa a mi simpatía pero no a mi entendimiento. Que un hombre de ideas progresistas, como se supone que eres, reciba el apoyo de uno de derechas como Toledo es preocupante, pero exhibirte en plazas públicas con Álvaro Vargas Llosa fue demasiado. Y mira que no critico el apoyo mediático que te dio su padre. Si MVLL dijo que iba a votar por ti no se lo podías prohibir, pero de allí a darle abrazos a su hijo y dejar que hablase en tus mítines es paso muy largo. ¿De qué izquierda estamos hablando, Ollanta? Además, eso de firmar todas las promesas y compromisos que te ponía por delante la derecha más corrupta ha sido una decepción muy grande. Sinceramente, Ollanta pusiste a prueba nues-tra paciencia. Entiendo que tus concesiones fueron parte de la estrategia elec-toral indispensable para ganar ya que sin esos movimientos seguro que hubie-ras perdido las elecciones. ¡Pobre! ¡Qué horrible es la política, las cosas que se tienen que aceptar y tragar! Por eso nunca tuve la tentación de entrar en ella, decir la verdad me garantizaba el fracaso. Reconozco que para ser político se necesita tener buen estómago y a mí me hubiera dado nauseas hablar con Ci-priani, por ejemplo.

Dejando a un lado estos puntuales apoyos, creo, Ollanta, que es impor-tante que aprecies el núcleo duro que te ha respaldado desde el primer instan-te. Me refiero a los pueblos de la sierra y a muchos de los marginados de las grandes capitales. El respaldo que te dieron los provincianos ha sido el más grande jamás dado a un presidente. Ganar en esos territorios por más del 70% es algo inaudito y demuestra palpablemente que esas mayorías minorizadas no están ya para bromas ni dilaciones. Les han mentido tanto que están hartos y no aguantan más. Por primera vez se han dado cuenta de que su voto es im-portante, tan importante como el de PPK con todo su dinero. No olvides nunca que son precisamente nuestros hermanos de la sierra los que te han hecho presidente. Veamos algunos asuntos en que no les puedes fallar.
Justicia y reparaciones. El conflicto armado entre terroristas y fuerzas del estado acabó con la vida de 70,000 inocentes cuyo único pecado fue vivir en el lugar de los hechos, ser indígenas pobres y en su mayor parte quechua hablantes. Desgraciadamente, todavía no están presos todos los responsables. Todavía no están abiertas las más de 4,000 fosas comunes donde yacen cadá-veres de más de 15,000 desaparecidos. Todavía no se ha dado ni un sol de reparaciones individuales aprobadas con gran bombo hace mucho tiempo. To-davía lloran a sus esposos, a sus padres e hijos, cientos de miles de deudos que no pueden olvidar y menos perdonar hasta que se haga justicia. Ollanta, todavía no están presos los que orquestaron la campaña de esterilización de 300,000 mujeres en su mayor parte pobres, indígenas y quechua hablantes. Sobre esto hay infinidad de pruebas , libros, artículos, documentos, fotos, ví-deos, testimonios; lo único que falta que es que ordenes a los fiscales que cumplan con su trabajo. Recuerda, Ollanta, que en los últimos días de campa-ña tu mismo denunciaste varias veces a Fujimori por haber ordenado ese atroz programa. Dicen los observadores políticos que tu acusación fue clave para que ganases el debate final con Keiko y consiguieses el voto de los últimos in-decisos necesarios para lograr tu triunfo. Pues bien, ahora esperamos que una de las primeras medidas que tomes sea instruir que se inicie juicios contra to-dos los responsables y sus cómplices. Si no resuelves esto, Ollanta, ya puedes dar por acabada la confianza que te ha dado el pueblo profundo del Perú.

Educación. Vamos a ver si cumples tu promesa de invertir por lo menos el 6% del PBI en educación. Tener fondos es la condición indispensable para mejorarla, lo demás son palabras huecas. Planes buenos hay muchos, por ejemplo el Proyecto Educativo Nacional diseñado por educadores que saben lo que hay que hacer. Lo que ha faltado es voluntad política para poner la educa-ción en la primera línea de los problemas nacionales y no quitar el dedo del reglón hasta ver encaminada la necesaria reforma. No es posible que en todas las encuestas el Perú esté entre los últimos del mundo en educación. Y por favor, que no le echen toda la culpa a SUTEP. Mantener la ignorancia de pue-blo no ha sido un descuido de los gobernantes, sino un objetivo de la clase dominante desde la Colonia hasta nuestros días. Un pueblo instruido es una amenaza para los que han mangoneado este país como les ha dado la gana.
La educación primaria tiene que ser municipalizada digan lo que digan los propugnadores del asfixiante centralismo que nos ata. Para eso hay que trans-ferir los recursos económicos necesarios. No hay que seguir la hipócrita política aprista que hizo fracasar su propio plan piloto porque no dio dinero ni instruc-ciones a las municipalidades, tal como lo informó en su debida oportunidad la Defensoría del Pueblo.
Nadie está más cerca de la educación de los niños que los padres de fa-milia y las autoridades municipales. Nadie está más interesado en controlar la eficiencia de los maestros que los que están cerca de ellos, no un burócrata repantigado en un escritorio ministerial a cientos de kilómetros. Eso sí, implanta y divulga los resultados de los exámenes de evaluación tanto de los alumnos como de los profesores para que padres y autoridades municipales se enteren y tomen medidas, ya sea enviando a los maestros a cursos especiales, o disci-plinando a los que no cumplan con la sagrada misión de educar. Ya sé, tendrás en contra al Sutep, pero muchacho, para eso estás. Ser un presidente melin-droso lo puede ser cualquiera, a ti te hemos elegido para que cambies el Perú, no para que te sometas a grupúsculos. Además, estoy seguro que tiene que haber muchos maestros responsables en el Sutep que te apoyarán.
La educación secundaria necesita mejores profesores, instalaciones, la-boratorios y bibliotecas. Las autoridades departamentales y regionales deben asumir el control de esta educación. Hay que poner coto a las voces que han despotricado contra la descentralización regional. El centralismo limeño cree que solo funciona lo que se controla y planea desde la capital, pues en este caso la prueba en contra es abrumadora: la educación no puede estar peor. Todo lo que se haga en ella será para bien.
Es justo y necesario aumentar los miserables sueldos de los profesores, en sus manos está el futuro del Perú, pero a la vez exigirles que se capaciten y sean buenos maestros. Hay que eliminar a todos aquellos que no puedan en-señar bien a pesar de las facilidades que se les da para mejorar. Un socialista responsable debe despedir a los malos profesores, a los que faltan sin causa, a los que abusan de los estudiantes, a los borrachos, a los que no consiguen que sus estudiantes aprendan.
Todas las voces de los intelectuales, sea cual sea su bando, coinciden en afirmar que la educación es la mejor manera de disminuir las desigualdades sociales. Este igualamiento tiene que ser para arriba, no para abajo. Por lo tan-to no hay que rebajar el alto nivel de los buenos colegios particulares sino subir el de los colegios nacionales. Pero hay algo más que se puede hacer para dar oportunidades a los hijos de clases no favorecidas y mejorar la integración de los diferentes estratos de nuestra sociedad desde que son pequeños. Conside-ra, Ollanta, que la misión de todos los colegios es formar ciudadanos prepara-dos, pero también responsables con la sociedad donde viven. Por lo tanto los buenos colegios no deben ser un nido de excelencia ajeno a lo que acontece en el país. A fin de que los jóvenes comprendan a otros sectores sociales, los colegios privados sin excepción deberían tener un cupo entre 10 y 20% de be-carios procedentes de clases económicamente desfavorecidas. Sé que esto representaría un gasto adicional para los padres de familia pero podrían ser deducibles de sus impuestos de acuerdo a los ingresos que tuviesen. Lo impor-tante, Ollanta, es acabar con el racismo y la discriminación desde que el pe-ruano es joven, más tarde es imposible. Ya me imagino la campaña de menti-ras y falsedades que los ricos orquestarán contra esta propuesta, pero amigo Ollanta piensa que ellos no te eligieron, a ti te eligió el pueblo.

El tema de la educación universitaria tampoco puede ser postergado por más tiempo. No es posible que tengamos más universidades que Francia. ¿De dónde sacamos tantos catedráticos? ¿Se puede llamar universidades a las que no hacen investigación ni publican nada o escasamente? ¿Se puede seguir permitiendo que las universidades sean un negocio como cualquier otro? ¿Acaso Harvard, Princeton, Oxford, Cambridge, La Sorbonne, la Universidad Nacional de México son empresas con afán de lucro? ¿Se puede permitir que se siga engañando a los jóvenes haciéndoles creer que se les enseña para que puedan competir en un mercado globalizado y que por eso les cobran tanto? No, hombre, la ley fujimorista tiene que ser abolida. También tienes que anular la Asamblea Nacional de Rectores y dar por anuladas todas las disposiciones legales sobre la educación universitaria para que un “Organismo Provisional de Regulación Universitaria” ponga fin al caos y la explotación.
En el asunto universitario hay que partir de cero. Claro que esto te causa-rá grandes problemas, quejas, huelgas. Pero no se puede dejar que los recto-res sigan asociándose para mantener el desbarajuste que han creado ellos mismos sin que el estado imponga orden y responsabilidad. Por otro lado, ten en cuenta que los anteriores gobiernos han hecho lo posible por desprestigiar las universidades nacionales al concederles un presupuesto miserable. No es posible que la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, la más antigua de América, reciba la miseria de mil dólares por estudiante por año mientras que la Universidad de Chile, que también es nacional y considerada la mejor de ese país, invierte 25,000. Ten en cuenta que a lo máximo que puede aspirar una universidad que no haga investigación es a convertirse en una mediocre escue-la superior. A ver, Ollanta, si tienes pantalones suficientes para acabar con las mentiras, abusos y negociados de nuestras universidades que vienen enga-ñando al país generación tras generación. Confía que muchos intelectuales respaldarán un cambio sustancial en la educación universitaria. Si tienes tiem-po dale una miradita al libro que escribí sobre educación “Pero… ¿tiene el Perú salvación?” , que recoge propuestas de cosechas ajenas y propias.
Por otro lado tienes que apoyar la creación de escuelas técnicas. Para crecer el Perú necesita muchos ingenieros, pero también técnicos, electricistas, mecánicos, ajustadores, técnicos en computación, diseño, moda, y tantas otras profesiones que puedan ayudar al desarrollo tecnológico del país tanto en la minería como en la agroindustria.
No te hablo del apoyo que necesita la cultura del país, porque creo que es evidente para todo el mundo. Dada la creatividad de nuestra población en todas sus formas tenemos un potencial enorme para enriquecer nuestro acerbo cultural. El arte imbuido en el alma de nuestra población se ha mantenido tozu-damente a pesar de la falta de apoyo y comprensión. Un ministerio de Cultura en tan importante como uno de Industria, creo que no necesito abundar en ar-gumentos. Promover la cultura de nuestro país es una necesidad que se pide a gritos.
Salud Pública. Igual a la educación sobre la salud pública hay muchos planes, y muy buenos. Lo que falta es la voluntad política para dar un servicio por lo menos decente a la población. En Salud Pública nos falta todo: camas, médicos, enfermeras, medicinas, equipo. Nos falta cubrir las necesidades de los pueblos remotos del Perú, de esos pueblos que te han hecho salir presiden-te. No es posible, Ollanta, seguir dejando que la gente se muera por falta de medicinas, y no digo solo en provincias, en los mismos hospitales de Lima hay constantemente una criminal carencia de remedios. No, Ollanta, esto no puede seguir así, hay que invertir en la salud del pueblo y eso comienza con una bue-na alimentación, y servicios de agua y desagüe.
Creo que las prioridades de tu gobierno son las de arriba. Hay otras por supuesto pero no quiero agobiarte porque realmente la lista sería kilométrica. No hay área que no necesite una reforma. Por ahora tanto tú como yo tenemos suficiente. Continuaremos pronto.
Mientras tanto recibe un fuerte abrazo y mis mejores deseos de un buen gobierno

Herbert Morote
DNI 06500189
hmorote@herbertmorote.com

PD. Disculpa que te haya tuteado, créeme que no es falta de respeto sino cariño de una persona bastante mayor.