Transcribo este correo electrónico
que puede interesar a mis lectores.
Saludos cordiales. HM
LAS MENTIRAS DE LOS BOLIVARIANOS
Simón Bolívar es la celebridad histórica
hispanoamericana con mayor número de admiradores fanáticos y de los más
variados credos políticos y religiosos. Los hay de extrema derecha y también
izquierdistas radicales; católicos, apostólicos romanos y ateos; y, entre esos
extremos, todo un abanico intermedio compuesto por hombres y mujeres de todas
las razas puras y mestizadas, de todas las edades y condiciones económicas,
sociales y culturales. Conozco a bolivarianos católicos empeñados desde siempre
en encontrar pruebas fehacientes o indicios que les permita aseverar o por lo
menos deducir que el Libertador sí se confesó y comulgó antes de morir. Los
ateos, por su lado, niegan rotundamente aquello, pues no admiten que todo un
Libertador de cinco naciones haya llegado a tanta bajeza. Eso sí, todos hablan
de su gran talante intelectual; de sus méritos como estratega político y
guerrero; de su pródiga vida sentimental y erótica, y hasta de su pequeña
estatura física y de lo duro que tenía el culo encallecido de tanto andar a
caballo atravesando Los Andes, de Venezuela a Bolivia y de Bolivia a Venezuela.
> Por mi parte, hace
tiempos dije que el Libertador no era libertador sino independizador, porque al
único hombre que liberó fue a un médico inglés, el esposo de Manuelita Sáenz,
gracias a sus grandes dotes de macho para apaciguar a las damas más exigentes
en las contiendas de alcoba. De esto puede leerse en el libro Reflexiones de un
Pensador Libre, de mi autoría y, más in extenso y documentado, en la obra del
Dr. Fernando Jurado Noboa, Las Noches de los Libertadores.
> Se dicen tantas
mentiras acerca de esta celebridad, para engrandecerlo, dizque, y lo que han
logrado es degenerar y achicar su figura, convirtiéndole en musa, asidero y
pretexto de los más ilustres mentirosos intelectuales y políticos
hispanoamericanos autodenominados de izquierda. Al “Libertador” le imputan todo
lo que cada fanático se imagina. Unos aseveran que fue pobre y murió pobre; hay
quienes dicen que fue desinteresado de riquezas materiales, que fue
antiimperialista; otros le califican de marxista, indigenista y hasta
ecologista…En fin.
>
> Estas son las mentiras
que dicen del Libertador:
>
> PRIMERA MENTIRA
BOLIVARIANA: Bolívar murió pobre
>
> Falso. Simón
Bolívar, jamás fue pobre. Desde su nacimiento hasta su muerte fue de los más
acaudalados de Venezuela. Si dudan de ello, les recomiendo leer el Libro
Bolívar Empresario, del historiador venezolano, Antonio Herrera-Vaillant, en
cuyas páginas nos informa documentadamente acerca de los bienes del Libertador,
especialmente de su enorme hacienda que ocupaba el gran valle de Aroa en la
provincia de Carabobo, cuyas extensas y ricas tierras estaban demarcadas dentro
de una circunferencia de ¡178 kilómetros! y contenían minas de cobre -de las
mejores del mundo, según opinión del mismo Bolívar-, yacimientos auríferos y de
otros minerales, maderas finas, agua en abundancia y tierras fértiles para la
producción agrícola y ganadera. Las minas de Aroa las arrendaba a
inversionistas británicos por una renta equivalente a 123 mil dólares al año; y
a tres meses 17 días antes de su deceso, el 1 de septiembre de 1830, Bolívar
escribió al Sr. Robert Wilson nombrándolo como su nuevo apoderado en Londres
para que concrete la venta de Aroa, misma que concluyó con la firma de las
partes el 4 de febrero de 1832, a favor de los señores Robert Dent y Phillips,
compradores de la Bolivar Mining Associatión, por la suma de 1´050.000,oo de la
época (366´450.000,oo bolívares, o 2´155.588,oo dólares USA, calculados al año
1994). Aparte de esta gran heredad, el Libertador y sus hermanos, María
Antonia, Juana María y Juan Vicente, eran propietarios de tres casas de gran
valía en la ciudad de Caracas y tres extensas haciendas más: Chirgua, Suata y
San Mateo en los valles de Aragua. Además, claro está, de otros negocios,
bienes muebles, semovientes, joyas y dinero a manos llenas. ¡¿Pobre, Bolívar?!
>
> Sus herederas
universales fueron sus hermanas. A su ex amada y “libertadora”, Manuela Sáenz,
no la dejó nada. ¿Por qué?... No sé. Si alguien tiene alguna sospecha, por
favor, me lo cuenta.
>
> SEGUNDA MENTIRA
BOLIVARIANA: Bolívar no tenía ningún apego al dinero, su único interés era
liberarnos del yugo español.
>
> Falso. Él amaba y
cuidaba su fortuna tanto como cualquier buen empresario, y se daba tiempo para
ello. Si bien era generoso, no por ello desperdiciaba oportunidades para
incrementar sus haberes y posesiones. Para probar lo que afirmo, me remito a
documentos escritos por él mismo y también a lo que narran sus historiadores.
>
> El 18 de octubre de
1825, el Libertador prepara un prospecto de venta dirigido al señor John Dundas
Cochrane (inglés); en este documento se refleja su vocación empresarial y sus
dotes innatas para los grandes negocios.
>
> Esta es una parte
del contenido del mencionado documento:
>
> Estimado señor:
> …hallándome yo
empleado en servicio público, y, por lo mismo, deseoso de separarme de asuntos
personales y negocios propios, he determinado ofrecer a Ud. la venta del Valle
de Aroa en toda su extensión y en toda propiedad por la suma en que
convengamos, oídas que sean las proposiciones que Ud. ó sus amigos quieran
hacerme.
>
> La rica y hermosa
posesión de Aroa, es una de aquellas que ofrecen más ventajas para una colonia
sobre las costas del mar, por las siguientes consideraciones:
>
>
> 1. Su extensión es
circular con 32 leguas de circunferencia.
> 2. Tiene ríos
navegables que desembocan al mar.
> 3. Sus minas de
cobre son las mejores del mundo, y el metal, el más fino.
> 4. Contiene
minerales de todas especies según las investigaciones que se han hecho por
personas instruidas en la materia.
> 5. Produce maderas
abundantes y preciosas.
> 6. Sus territorios
son los más fértiles de la tierra para sembrar frutos europeos y americanos.
> 7. Las
exportaciones al mar, son facilísimas, hacia Puerto Cabello, y si se quiere
hacia las Antillas, ó a Europa.
> 8. El rédito que
debe producir esta propiedad es del valor de 400,000 ó 500,000 pesos en el
estado actual, y por lo mismo, cuando ella sea explotada, cultivada y poblada,
valdrá millones,
>
> Después de estas
consideraciones, espero que Ud. tendrá la bondad de hacerme las ofertas que Ud.
juzgue convenientes a sus intereses ó a sus miras. ( La carta continúa).
>
> Dos días después le
envía este mensaje a José Rafael Revenga.
>
> …Yo prefiero tener
en Inglaterra el valor de Aroa, que la mina misma, como yo no la he de explotar,
no hay mejor mina para mí que la plata que me podrán dar en Inglaterra, única
con la que podré contar para pasar mis días luego que me retire de los negocios
públicos… (Pongan atención: no dice servicios públicos, sino negocios).
>
> Días más tarde se
dirige a su hermana, María Antonia, y, entre otras cosas, le dice:
>
> … Las minas de Aroa
quiero venderlas ahora que hay tantas ansias por minas y colonias extranjeras.
Si perdemos esta ocasión, después quizás no se logrará, y cuando queramos asegurar
una fortuna en Inglaterra, ya no podremos. Propiedades y haciendas nos quedan
demasiadas y lo mismo digo de casas, que mañana se caerán en un temblor. Lo
cierto es que teniendo nosotros en Inglaterra cien mil libras esterlinas
aseguradas en el Banco gozamos al año de un tres por ciento, que pasan de doce
mil pesos de renta (20´940.000 bolívares actuales -1994), y además tenemos el
dinero pronto para cuando lo queramos: de este modo, suceda lo que sucediere,
siempre tendrán Udes. una fortuna con que contar para Udes. y para sus hijos.
>
> (Más referencias en
el libro Bolívar Empresario de Antonio Herrera-Vailland, ediciones TH, 2008,
paginas 34 – 39. También en Cartas del Libertador, del profesor Paul Verna,
ediciones de la Presidencia de la República. 1976).
>
> Así que al “padre
de cinco naciones” si le encantaba la riqueza material y más que todo el dinero
bien guardado en bancos del extranjero, muy lejos de los países por él
libertados, en cuyos gobiernos ya no confiaba desde entonces.
Pero si todavía no están convencidos de que
Simón Bolívar y Palacios tenía defectos humanos, les sugiero leer el libro “Bolívar, Libertador y Enemigo Nro. Uno del
Perú” del Dr. Herbert Morote, y se sorprenderán al enterarse que fue tan
igual o peor que cualquier ciudadano vanidoso y codicioso.
En las
páginas 70, 71 y 72 de la referida obra (2da. Edición de Jaime Campodónico,
2007), bajo el subtítulo Los interminables premios a los vencedores de Junín y
Ayacucho, encontré frases y párrafos acerca de ciertos acontecimientos
relacionados con el Libertador que me erizaron la piel de pies a cabeza. La
verdad, que me indignaron. A continuación transcribo pequeñas partes del
contenido en referencia:
“… Además de honores vitalicios y nuevos títulos, como
Padre y Salvador de la Patria, el Congreso ordenó toda una serie de medidas
para reforzar el culto al Libertador. Así, se acuñaron efigies y medallas con
su busto, se ordenó que en las plazas mayores de todas las capitales de
departamento se coloque una placa de agradecimiento al Libertador y que…”
“La
quiebra del erario no fue razón para que el Congreso (sumiso) dejase sin
recompensa económica al Libertador y se le otorgó un millón de pesos como una
pequeña demostración de reconocimiento. Felizmente reconocieron que el Perú no
estaba sobrado de fondos porque si no la pequeña demostración hubiera sido
imposible de pagar. Un millón de pesos era una cantidad enorme, algo así como
una tercera parte del presupuesto anual de todo el país. Para dar una idea… el
buque Monteagudo costó 80 mil pesos, y todas las propiedades, minas, casas y
haciendas expropiadas a los españoles y a los criollos que se refugiaron en el
Real Felipe tenían el valor de un millón de pesos, según Larrea, ministro de
Hacienda de Bolívar el año 1826.”
“Como
era habitual, Bolívar rechazó este premio varias veces pero al final lo aceptó
a favor de su familia. Los acontecimientos que precipitaron su salida no
permitieron que se pagase a tiempo este premio, aunque finalmente lo cobraron
sus herederos durante el gobierno de Echenique.”
“Los regalos a
Bolívar fueron abrumadores. El Congreso también le obsequió una espada de oro
con 1.374 piedras preciosas, entre rubíes y diamantes… Cusco le entregó una corona
compuesta de 47 hojas de laurel en oro, 49 perlas barrocas, 283 diamantes y 10
cuentas de oro”.
“… lo cierto es
que los gastos de donaciones en 1825 fueron 50 % más de lo que se presupuestó,
según las memorias del ministro de Hacienda, José Morales Ugarte. No sabemos si
esa cifra incluye los 2 mil pesos mensuales que se pagaba a la amante del
Libertador, la adorable Manuelita Sáenz. El historiador Salvador de Madariaga
reseña que el gobierno peruano gastó más de 300 mil pesos en joyas y objetos de
arte para el Libertador; en ese monto no se incluye los 8 mil pesos en agua de
colonia”.
Con la intención de
comparar, señalo que en 1817 el hombre más acaudalado de mi natal Guasuntos, un
señor solterón, don Fernando Hernández, tenía una renta de 50 pesos (según
referencias del historiador y genealogista Fernando Jurado Noboa).
TERCERA MENTIRA
BOLIVARIANA: Bolívar fue antiimperialista.
Falso. Todo lo contrario, él fue, más bien, un
ferviente admirador, defensor, imitador y aliado de los imperios e imperialista
de su época. Tal es así que su obsesión de convertirse él mismo en emperador de
los países que se atribuía haber “libertado”, lo llevó a cometer actos
reprochables de abuso de poder, de irrespeto a las leyes e instituciones, con
manifestaciones de prepotencia y vanidad extremas; fusiló, encarceló a quienes
lo habían ayudado en campañas de guerra y, por ello, muchos de sus amigos,
compañeros de lucha y colaboradores se alejaron de su lado y hasta se
convirtieron en sus censuradores y duros adversarios políticos.
Con seguridad, lo que quieren decir los
bolivarianos es que el Libertador fue antiestadounidense o antiyanki. Pero
sucede que en aquella época los EE.UU recién se estaban consolidando como la
única y la más grande república democrática que jamás nunca existió en el
Mundo; en cuyo caso, sería más acertado y justo calificarlo como anti
republicano, antidemocrático y colonialista.
Bolívar fue uno de los
más notables fans de Napoleón (Emperador de Francia y sus territorios conquistados).
Anhelaba poner su fortuna a buen recaudo en la banca de Inglaterra. Hizo hasta
lo indebido para convertirse en presidente vitalicio del Perú. Cuando ofertó en
venta su enorme Valle de Aroa a empresarios ingleses les sugirió que allí
podrían tener una colonia más. Recibió del Imperio Inglés asistencia económica,
armamento, embarcaciones de guerra, estrategas y combatientes (mercenarios)
para sus campañas bélicas contra el Imperio Español. ¿O no? Por eso mismo es
que el Ecuador mantuvo durante siglo y medio la llamada “deuda inglesa”, misma
que fue pagada en el año 1971 con petrodólares provenientes de la explotación
del “oro negro” que recién se había encontrado en la región oriental.
Y para no dejar ninguna
duda de que Bolívar fue un apasionado imperialista, dispuesto a todo para
salirse con la suya, transcribo un párrafos de una de las tantas cartas que él
escribiera desde Kingston, Jamaica, allá por el año de 1815, dirigida ésta a
Maxwell Hyslop, hombre de negocios inglés muy influyente en su gobierno, a
quién le pide ayuda económica y material bélico a cambio de dos grandes
territorios centro americanos (¡!).
Esto dice el mencionado párrafo: … Ventajas
tan excesivas pueden ser obtenidas por los más débiles medios: veinte o treinta
mil fusiles; un millón de libras de esterlinas; quince o veinte buques de
guerra; municiones, algunos agentes y los voluntarios militares que quieran
seguir la banderas americana (…) Con estos socorros pone a cubierto el resto de
América del Sur y al mismo tiempo se puede entregar al gobierno británico las
provincias de Panamá y Nicaragua, para que forme de estos países el centro del
comercio del universo por medio de la apertura, que rompiendo los diques de uno
y otro mar, acerque distancias más remotas y hagan permanente el Imperio de
Inglaterra sobre el comercio.
¡¿Qué les parece?!... Un
gran visionario el Libertador, y, además, muy generoso con cosas que no le
pertenecían.
CUARTA MENTIRA BOLIVARIANA:
Bolívar fue indigenista
Falso. Los hechos
recogidos en varios documentos históricos revelan que más bien despreciaba a
indios y negros. Hay quienes lo califican de esclavista, porque restableció la
esclavitud y el tributo a los indios de mitas y pongüeajes en Perú, que habían
sido abolidos por San Martín. Esta actitud no debía sorprender, pues en su
natal Venezuela el llegó a tener en propiedad 2000 esclavos. No nos olvidemos
que la abolición de la esclavitud en Ecuador (que perteneció a la Gran Colombia
forjada por Bolívar) se dio recién en el Gobierno del General José María
Urbina, en el año 1851, es decir, 21 años después de la muerte del Libertador.
A los indios los consideraba ladrones, truchimanes, embusteros, falsos, sin
ningún principio moral que los guie. Y
esto lo dijo una y otra vez. En las páginas 79 a 84 del ya citado libro
“Bolívar”, de Herbert Morote, se describen los abusos, los horrores contra los
indios y el martirio masivo de éstos durante el régimen del Libertador en Perú.
Se habla incluso de un genocidio perpetrado con la connivencia de su Consejo de
Gobierno. (La lectura de esas páginas conmueve e indignan).
QUINTA MENTIRA
BOLIVARIANA: Hay marxistas bolivarianos y bolivarianos marxistas.
Esto sí que es el colmo.
Será porque esta clase de tipos apasionados y reversibles, o se hacen los tontos
o es que en verdad no están enterados que don Carlos Marx le tenía antipatía a
su héroe y se expresaba muy mal de él, aún por escrito, como para que quedase
registrada en la historia su insultante opinión. Marx se solazaba denigrándole
al Libertador. En una de sus cartas a su amigo y favorecedor, Federico Engels,
fechada 14 de febrero de 1858, se refirió al “padre de cinco naciones” como el
canalla más cobarde, brutal y miserable. Bolívar es el verdadero Soulouque,
decía en la misiva, y más adelante también afirmaba que era un mito de la
imaginación de las masas, en estos términos: La fuerza creadora de los mitos,
característica de la fantasía popular, en todas las épocas ha probado su
eficacia inventando grandes hombres. El ejemplo más notable de este tipo es,
sin duda, el de Simón Bolívar.
(Nota de enciclopedia:
Soulouque Faustín-Élie gobernó Haití -1847 a 1859. Se hizo proclamar emperador
en 1849, con la denominación de Faustín I. Era déspota, cruel y megalómano).
Hay quienes afirman que Bolívar respetaba la libertad de
expresión. Sin embargo, él lo hacía únicamente de quienes se expresaban bien de
él y de su gobierno. En el reglamento de Ley de Imprenta condenaba a seis años
de prisión a los autores de los escritos que su gobierno considerase como
subversivos, y prohibía las sátiras contra disposiciones gubernamentales (Cito
nuevamente a Morote).
OTRAS MENTIRAS DE MENOR TALLA:
Por cierto, hay otras
tantas mentiras de los marxistas
leninistas bolivarianos izquierdistas progresistas revolucionarios, mismas que
por ser tan ridículas no merecen mayor comentario. En un documento del
movimiento socialista bolivariano se afirma, entre otros desbarros, que el
Libertador fue ecologista. Habrase visto tamaña mentira: Bolívar era, además de
tantas otras cosas, empresario maderero y en sus aserraderos se talaban y
despedazaban árboles nativos de bosques primarios. Además, en aquel entonces ni
siquiera se había concebido el vocablo ecologista. También se menciona que era
indoblegable. Y en este punto me callo; pues, sobre temas eróticos, por esta
vez, no quiero opinar.
Por todo esto y más,
apoyo, alabo y avalo la opinión de John Lynch, quien dice que Bolívar fue un
hombre excepcionalmente complejo, un libertador que desdeñaba el liberalismo,
un republicano que admiraba la monarquía. Por mi parte añado que fue un maestro
del doble discurso; un gran expositor de grandes ideales y virtudes que no
coincidían con sus ambiciones íntimas y secretas.
Temístocles Hernández M.