MENTIRAS ACEPTADAS. 2ª Parte
En la primera parte
desmontamos la mentira generalmente aceptada que dice que las empresas públicas
y la acción del Estado son nefastas para el crecimiento del país porque son
ineficientes y corruptas. Hay que dejar todo en manos de la empresa privada, se predica, es más eficiente y honrada.
Vimos en esa 1ª parte que los
países donde se vive mejor, se gana más, se tiene mejor educación y sanidad, y,
además, son atractivos para la inversión privada son los países escandinavos.
En estos países cerca del 30% de su fuerza de trabajo trabajan para el Estado,
frente a solo 13% en España, alrededor de 10% en Brasil y México y, calculo, un
7% en el Perú.
Pues bien, parecería lógico imitar
a los países escandinavos reforzando la acción del Estado. Pero no, lo que se
predica sin cesar en los países que tienen más problemas de crecimiento,
desigualdad, educación y salud, es la
necesidad de desmantelar los servicios que presta el estado privatizándolos. A
la vez se recomienda otorgar a bajo coste licencias de explotación de los
recursos naturales, bajar los impuestos a los más ricos y eliminar cuanto
control ejerza el Estado sobre la actividad privada. Cuánto menos se meta el
Estado mejor le va al país, se dice. La empresa privada es más eficiente y
honrada.
Si alguien se sentara a
discutir con algún neoliberal de hoy día la eficiencia de estamento público de
los países más avanzados del mundo, éste dirá sin duda que no se puede comparar la eficiencia de un
trabajador sueco o danés con la de un peruano o brasilero o aún con la de un
español, porque el escandinavo es más preparado, más responsable, más
trabajador.
Digamos, aunque no sea del
todo cierto, especialmente en cuanto a responsabilidad y dedicación al trabajo,
que eso es verdad, entonces ¿porqué el escandinavo es todo eso y nosotros no?,
¿cómo adquirió esa actitud y preparación?, ¿por raza o religión? ¿No será
porque esos países han puesto durante décadas la educación a la cabeza de las
prioridades nacionales? ¿No será porque casi todos los niños van a escuelas
públicas donde sus profesores están bien formados y pagados? ¿No será porque
sus universidades nacionales son bien subvencionadas y porque se invierte en
investigación y desarrollo? ¿No será, además, porque el curso de educación
cívica es prioritario desde el primer día de escuela, donde se les enseña a ser
buen niño o niña, limpiar su sitio, no pegar ni burlarse del compañero, no
coger cosas que no le pertenecen, correr el agua del wáter cada vez que se usa,
no echar basura al suelo, respetar a los adultos, cuidar de las plantas de los
parques y del mobiliario urbano. Y que la enseñanza cívica sigue hasta el
último año de secundaria o gimnasio, como se llama allí, donde les enseñan sus
derechos y obligaciones ciudadanas, donde se explican las alternativas
políticas que tiene el país, donde se les hace conscientes del valor del voto
ciudadano y la responsabilidad que tienen los políticos? ¿No será porque todos
los partidos políticos de los países escandinavos creen que la educación es la
base del desarrollo nacional y no cambian las leyes en cada legislatura?
Si todos estamos de acuerdo
en que la educación es elemental para el desarrollo, ¿porqué no invertimos en
educación, como hicieron los sudcoreanos, cuya población era analfabeta en 75%
al término de la II Guerra Mundial y ahora está entre las más educadas del
mundo? ¿No habrá grupos a quienes conviene mantener un alto nivel de ignorancia
en el pueblo?
No por cruel la respuesta que
voy a dar es falsa: sí, hay gente a quien le conviene una masa ignorante. Un
pueblo preparado pide cuentas, exige honradez a sus políticos y se rebela
contra el engaño. Un pueblo instruido es peligroso para todo aquel que quiere
enriquecerse sin importar el deterioro del medio ambiente. Un pueblo preparado sale
a la calle para tumbar al gobierno que le miente, que no cumple sus promesas. Un pueblo ignorante cree que no se puede
hacer nada.
Herbert Morote