La catadura moral de PPK, tiburón financiero y lobbysta de profesión, es
conocida desde hace mucho tiempo. Pero como sucede en nuestros países, este
hecho es ocultado porque su labor beneficia a los grandes intereses económicos,
llámense conglomerados energéticos, de construcción o banca.
Su inminente “impeachment” hace que recuerde mi carta publicada por CARETAS el 22 de febrero de 2001. En ella advertía el peligro que corría el entonces candidato a la
presidencia Toledo al incorporar en su equipo a Pedro Pablo Kuczynski, cuya
participación en la privatización de los bancos mexicanos terminó en un fraude
de 60 mil millones de dólares que originó el llamado “efecto tequila”.
Esta es la carta:
Sr. Director:
Ref. Pedro
Pablo Kuczynski
La candidatura de Toledo está hasta hora fuertemente
respaldada por un pueblo que recuerda vivamente su valiente campaña contra el
corrupto gobierno de Fujimori. Sin embargo, no todo está dicho todavía, faltan
semanas muy críticas en las que cualquier paso en falso puede originar fracasos
estruendosos a última hora. Desgraciadamente, Toledo está cometiendo algunos
traspiés que pueden perjudicarle en la campaña, y mucho más si llegase a
gobernar. Me refiero a nombramientos de asesores que generan polémica y
disgustos parecidos a los que tuvo Vargas Llosa en su momento. Por ejemplo, el
nombrado asesor de su programa económico, Pedro Pablo Kuczynsky, cuando trabajó
por el First Boston fue coautor, con el
presidente de México Carlos Salinas, de la privatización del sistema bancario
(Herald Tribune, 21 de mayo, 1995). Las condiciones, los malos manejos, y la
exagerada ambición de las partes originaron la quiebra financiera de México y
la fuga del presidente Salinas a Irlanda, ¿suena familiar esta fuga?
Esperemos que alguien le haga ver a Toledo el peligro
de tener “amistades peligrosas” antes que el pueblo lo rechace.
Herbert Morote
Madrid 7 de
febrero, 2001
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La historia posterior de PPK es
conocida por todos. Su salida de la
presidencia debe ser solo el primer paso antes de que vaya a la cárcel para
acompañar a sus antecesores, Humala, Toledo, Fujimori, y a Alan García, que no
debe tardar en caer.
¡Qué horror! ¿Podrá el Perú tener algún día un presidente medianamente honesto? Creo que sí. Hay muchísimos peruanos capaces
de ello y una sociedad ingenua pero también honesta hasta ahora
HM