Antes de escribir estas líneas he esperado unos días a que baje el
justificado alboroto causado por el asqueroso indulto otorgado a Fujimori por
el presidente Pedro Pablo Kuczynski. Era una grande tentación unirme a los
comunicados hecho por muchos escritores, artistas, periodistas e intelectuales en general, condenando la
traición de PPK. Pero los que encabezaban la lista me hicieron escabullir.
Sobre el redomado plagiador Alfredo Bryce hay poco que comentar, pero otros
como Mario Vargas Llosa fueron precisamente cómplices de haber llevado a la presidencia
del país a un sujeto conocido como un tiburón lobista de grandes consorcios
económicos y con un pasado de escandalosos amaños financieros utilizando las
puertas giratorias que permiten entrar y salir de altos cargos gubernamentales.
Basta explorar algo del pasado de PPK para darse cuenta de su relación con
empresas de especulación financieras, compañías mineras contaminantes, escándalos
por los millones sacados subrepticiamente cuando era gerente del Banco Central
de Reserva del Perú, y hasta la llamada “Ley Kuczynski”, cuando fue ministro de
Energía, que concedía exageradas concesiones tributarias a empresas petroleras
extranjeras.
Un individuo con la catadura de PPK era evidentemente impropio para ser presidente
de un país que buscaba un líder relativamente honesto luego de una continua serie
de presidentes corruptos.
Es verdad que la alternativa de PPK era mejor a la de Keiko Fujimori con
quien rivalizó la votación en la segunda vuelta, pero no por eso dejaba de ser
un avezado delincuente de cuello blanco listo a levantarse el Perú si fuera
posible. Ante este dilema unos cuantos
propusimos votar en blanco esperando que una nueva elección nos presentase
candidatos más idóneos. No se pudo. La población se dividió entre Fujimoristas
y anti-Fujimoristas, con lo cual PPK salió elegido.
Entendemos que las personas
honestas y enteradas del Perú sean
anti-Fujimoristas, yo lo soy, y por tanto estoy indignado junto a una gran
mayoría de peruanos por su indulto, pero
la acción de PPK realmente no me sorprendió. PPK es un pájaro de alto vuelo y podía vender su alma
con tal de seguir enriqueciéndose. Esto lo sabían también muchos de los que
ahora rasgan sus vestiduras y hablan de traición. ¿Traición? Traición ha sido
haber apoyado su candidatura sabiendo
que era un filibustero. Es verdad que la mayor parte de los peruanos no tienen
los medios ni el tiempo para enterarse de estos asuntos, bastante tienen con trabajar
hasta la extenuación para llevarse un pan a la boca. ¿Pero acaso Mario Vargas
Llosa, que encabezó la lista de los firmantes no sabía de que pie cojeaba PPK?
Por favor… Si yo que no vivo en el Perú desde 1971 he denunciado varias veces a
PPK en este mismo blog y en la revista Caretas.
Ah, Mario…, y yo que después de mi libro -Vargas Llosa tal cual- me
prometí no volver a hablar sobre ti…. Veamos de qué se queja el Nobel. En su
artículo –La traición de Kuczynsky– relata las promesas públicas y hasta
privadas que hizo PPK de no indultar a Fujimori, y que incumplió luego de
pactar entre gallos y medianoche su permanencia con una parte de los
parlamentarios fujimoristas. Hasta
allí todo bien, MVLL tiene razón: fue
traición. Pero hay dos puntos que me dejan perplejo. ¿Acaso no sabía MVLL que PPK
era mercenario financiero? Mario, que sigue palmo a palmo todo lo que ocurre en
el Perú, ¿nunca se enteró del oscuro pasado de PPK? ¿No sabía acaso que PPK era el representante
máximo del liberalismo más descarado? Claro que lo sabía, y bien. Por eso lo acusa de traición política, y
disimula el otro punto importante sobre el caso: los delitos de PPK. Haciendo un malabarismo retórico que no
engaña a nadie, el Nobel dice que no fueron delitos, mordidas, los pagos que
recibió de Odebrechet mientras fue ministro. Fue un simple olvido no declarar
esos ingresos. MVLL lo justifica así “si bien había pecado de negligencia y de
conflicto de intereses al no documentar legalmente su separación de la empresa
que prestó servicios a Odebrecht mientras era ministro” . Es decir el
delito de recibir mordidas es un pecado de negligencia, un pecado venial. Fue
un olvido, ay.., olvido lo tenemos todos, hay que ser comprensivo con PPK que se olvidó declarar esos ingresos cuando
era ministro, ¿acaso usted no se olvida de cosas así, acaso no se olvidó alguna
vez las llaves del auto? Por favor estimado Nobel, no insulte nuestra
inteligencia. PPK es un delincuente. Fujimori un asesino. El Perú necesitaba
nuevas elecciones. ¿No se puede? Entonces, chitón boca. Seguiremos como
estamos. ¡Viva el neoliberalismo!