lunes, 8 de abril de 2019

DIARIO 16. Herbert Morote, el hombre tranquilo





Herbert Morote (1935, Pimentel, Perú). Cursó sus estudios en el colegio La Salle de Lima y después en el Colegio Militar Leoncio Prado. Doctor de Ciencias Económicas y Comerciales de la Universidad de San Marcos, obtuvo el Postgrado en Administración de Negocios en la Universidad de Indiana, Estados Unidos. Escritor tardío, así es como se considera nuestro autor, Juan Mejía Baca, ex-director de la Biblioteca Nacional de Perú, quien escribió "Más vale llegar a ser escritor tardío que no llegar a serlo, quedándonos el consuelo de saber apreciar lo bueno, como considero tu primer trabajo". Fue catedrático fundador de la Universidad de Lima.

Como sucedió con muchos jóvenes ejecutivos, el desgraciado gobierno del general Velasco animó a Morote a buscar nuevos horizontes. En 1990 se instaló en Madrid, desarrollando sus primeros proyectos literarios en la Escuela de Letras, institución ya desaparecida, y coincidiendo  con autores como José María Guelbenzu, Juan José Millas, Constantino Bértolo, Juan Luis Conde y Alejandro Gándara. Fue director de la Revista Literaria 90 LAGARTOS, de la Escuela de Letras de Madrid-. En el apartado teatral trabajó y colaboró con  José Sanchís Sinisterra, Juan Mayorga y Yolanda Pallín. Actualmente sigue residiendo en Madrid.

Sin duda alguna, tu vida ha sido un ejemplo de esfuerzo y superación. ¿Cómo un hombre de negocio decide dejar atrás su vida anterior y decide dedicarse a la literatura?

-  No fue una decisión difícil ni rápida. Lo había decidido muy joven cuando por consejo de mi padre preferí terminar Economía en vez de Filología. Mi padre me hizo ver que primero tenía que ganarme un sustento económico y luego dedicarme a lo que quisiera, por ejemplo: escribir.

A finales de los años sesenta se produce el alzamiento del General Juan Francisco Velasco Alvarado, ¿Cómo viviste el Golpe de Estado?

-       Fue terrible pero no extraño,  Perú ha vivido casi todo el tiempo bajo dictaduras. La última con Fujimori hasta el año 2000. Es una pena, en nuestro país no hay cultura política,  por eso seguimos gobernados por corruptos e ineptos que no hacen sino seguir protegiendo un neoliberalismo que prefiere una economía extractivista  explotando nuestros recursos naturales sin mejorar la calidad de vida del pueblo en su mayor parte indígena.  El gobierno del general Velasco hizo que dejara el país en 1971

¿Cómo ha incidido esa experiencia en tu obra? 

-  Ver mi país de lejos, visitarlo y constatar que no mejora, que el indígena sigue explotado, que los modelos de la sociedad son los de EEUU, que los medios hayan logrado  que se hable de fútbol y de comida cuando ni ganamos en fútbol y la gran mayoría no tiene qué comer, da rabia, tristeza.

¿Reprochas algo al Régimen Dictatorial de esa época? ¿Te arrepientes de las decisiones que tomaste?

No solo reprocho la larga lista de dictadores que hemos tenido, también me irrita los presidentes que hemos elegido en la democracia. Todos los presidentes vivos están presos, fugados o con causas judiciales abiertas. Lo peor es que no veo solución, los intelectuales peruanos miran a otro lado. Las medicinas son una de las más caras del mundo, no hay seguridad pública, estamos entre los peores países en cuanto a educación según el informe Pisa.  Y el peruano aguanta y aguanta. Es un pueblo muy bueno.


Cultivas en novela el género negro y el histórico. ¿Crees que a la hora de accionar el disparador de tu máquina fotográfica, el fotógrafo debe estar ligado de alguna manera emocionalmente con la persona que vas a autorretratar?

- Es imposible no autoretratarse cuando uno escribe sobre su patria, ya sea novela o ensayo. Uno puede disimularlo pero siempre  se termina desnudándose, tomando partido. Mi causa es la denuncia, intento desenmascarar a los responsables, a esos que pasan de rositas por la vida evitando entrar en temas difíciles. Esos intelectuales  que no quieren ofender al poder económico porque de ellos viven y a ellos sirven.
                               

 
Tu proceso creativo parte de la novela y el ensayo. Pero, ¿qué impulso te lleva a acabar escribiendo obras de teatro?

Siempre quise escribir teatro, de hecho mi primer libro fue una obra de teatro que nunca pudo ser representada porque como teatro era realmente mala, sin embargo se publicó con éxito gracias al director de la Biblioteca Nacional del Perú que vio en ella un texto de ensayo. Luego en España me di cuenta que el teatro tiene claves, secretos, técnica, así que tomé cursos con grandes dramaturgos españoles: Juan Mayorga, Sanchís Sinesterra y Yolanda Pallín. A ellos les debo todo.

Has escritos ensayos, novelas, relatos, cuentos, cartas, sin embargo tu extensa carrera literario se ha desarrollado también en el teatro. ¿Qué te aporta el teatro que no  te conceden el resto de géneros literarios?

- La voz que persigo sale más clara y efectiva. Los temas son más variados y me dan descanso emocional.


Los Ayacuchos es una obra de teatro donde se representa de una forma medida y contenida la manipulación que sufrieron los indígenas peruanos, tanto por las fuerzas del Virrey, como por la de los llamados patriotas. ¿Crees que la Historia le debe algo a los pueblos autóctonos de las diferentes regiones?

-Buena pregunta¡ pero requeriría tiempo responderla, quizá en el conversatorio del próximo jueves podamos hacerlo. Según que país la reacción a la Conquista es diferente. En México ha quedado cierto rencor y malestar. En Perú tenemos enterrado a Pizarro en la  Catedral de Lima, primera capilla entrando por la izquierda. Nosotros somos descendientes de esos españoles, no de los españoles que se quedaron en casita.  Los indígenas quechua-hablantes siguen discriminados en Perú por los criollos y eso me irrita, desconsuela y hasta me violenta.

¿Quiénes deberían ser los responsables, si los hubiese, de reponer la dignidad y la memoria de esos pueblos?

-  Hay que confiar en el pueblo. Lo que hay que hacer es dar a esos indígenas las mismas oportunidades de desarrollo que a los criollos. Hay que darles la misma educación, salud publica y seguridad. Parece que nadie se da cuenta que la discriminación se inicia con  el presupuesto del país.  Las compañía mineras y las empresas que exportan productos agrícolas son las que más ganan en Perú, y las que peor pagan. Los pueblos que producen la riqueza del país son los más pobres e incultos. Y no tengo que ser comunista, que no soy, para decir esto.


¿Sobre qué pilares fundamentales se sustentan los personajes de tus obras teatrales?

- Son variados los temas que trato, quizá el punto en común es que son buenas personas que enfrenta situaciones difíciles que a todos nos pueden pasar.


¿Pueden ser tus personajes, llegado el caso, de representar tu alter ego?

-  Sin duda, es imposible despegarse de sus personajes, uno los siente y sufre con ellos, aun con los malos

¿Estás trabajando en algún nuevo proyecto?

- Estoy metido en un proyecto muy largo. Deseo contar la independencia del Perú desde distintos puntos de vista. Uno de ellos el de los españoles que lucharon en Ayacucho (1824) y que se sintieron abandonados por el gobierno español de Fernando VII. Otro, los patriotas criollos. Otro, los indígenas que eran reclutados a la fuerza y luchaban por ambos bandos. Creo que la historia de la independencia de América está mal contada, tiene mucho de heroísmo y poco de análisis

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Escritor, novelista, ensayista y dramaturgo, Herbert Morote es un autor de raza, de los que empuñan una pluma para salvarse a sí mismo, para no desfallecer, para mostrarnos todos aquellas deidades que le atormentan y que, en un acto de catarsis, plasma en sus obras buscando lectores que le leen o que le oigan.  Herbert Morote es una autor honesto cuya máxima personal es no traicionar sus principios y sus valores, pase lo que pase, escriba lo que escriba.

El próximo jueves  día 4 de abril, a las 20:00 horas, es una buena ocasión para hablar y charlar con nuestro autor, en el Teatro Monterrey de El Paso, en  un encuentro literario sobre su obra, donde estará acompañado por el crítico literario Jorge Rodríguez Padrón, que presentará  la obra del escritor invitado, y junto con el dramaturgo Antonio Tabares, quien entablará una conversación en torno a su escritura teatral. Tendremos la ocasión de hablar de tú a tú, con uno de los dramaturgos peruanos más incisivo del panorama iberoamericano.

                                                                                                           Guillermo de Jorge