En la 1ª parte hablábamos de
las barbaridades que escribe en El Comercio el decano de la Facultad de
Economía de la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas (UPC), la que en vez
de ciencias enseña materias como hotelería y turismo, pero cobra a sus
estudiantes como si enseñara biotecnología o ciencia aeroespacial. Comentábamos
que daba vergüenza ajena leer que Carlos Adrianzén acusa de keynesianos a
Merkel y a Obama.
Ahora hablaremos de otro
artículo del mismo autor que es tan ridículo como el anterior y daría risa si
no fuera porque mucha gente cree que puede ser verdad todo lo que publica este
prestigioso y egregio economista. En su artículo titulado “La revolución ignorada”, Adriazén hace un elogio al crecimiento
económico de los últimos años y añade que 7 millones de peruanos han dejado de
ser pobres. El papel aguanta todo. El crecimiento económico ha subido es verdad,
pero debido a las exportaciones de minerales principalmente a China, dejando
pingües ganancias a empresas mineras que contaminan el aire, la tierra y el
agua del país sin pagar un ápice por este deterioro. En cuanto a que 7 millones
de peruanos han dejado de ser pobres es otro cuento chino. Por ejemplo en
Ayacucho el 92% de sus pueblos no tienen agua potable, el 80% de los niños
sufren anemia, el departamento no tiene un Hospital Regional y durante estos
casi tres años de gobierno, Humala ha cambiado 10 directores regionales de Salud.
El aumento de la desigualdad socioeconómica del país es la “degradación
ignorada”, no la “revolución ignorada”. El único que ignora esto es el decano Adrianzén.
Pero hay más. En su artículo
el decano dice que ese crecimiento es gracias a la educación universitaria
impartida por las empresas privadas bajo el amparo de la “Ley de Promoción de
la Inversión Privada en la Educación”. No dice que esa barbaridad la creó Fujimori
y que bajo su amparo los dueños de esas universidades se han hecho millonarios,
millonarios en dólares, tal como mencionábamos el caso de rectores peruanos que
ganan 4 o 5 veces más que los rectores de universidades como Harvard o
Princeton.
El resultado de esa ley es
que en el Perú hay cuatro veces más universidades que en España, Francia o
Alemania, y siguen expandiéndose como una peste por el país. No hay universidad
que no tenga sucursales en las ciudades del país. Chimbote tiene 4 o 5 universidades,
Ayacucho más. Tenemos universidades que por fuera dan pena, basta una casa más
o menos grande, pintarla un poco y poner un letrero. Por dentro son peores: de
investigación universitaria: nada; de profesorado capacitado: nada; de
laboratorios: nada; de bibliotecas bien dotadas: nada. Claro, ¿de dónde van a sacar profesores de
carreras modernas, como administración de empresas en un país que no tiene empresarios?
¿de dónde van a sacar economistas si los decanos, como el caso de la
prestigiosa UPC, confunde Keynes con Adam Smith?, ¿de dónde van a sacar catedráticos
eficientes si la gran mayoría trabaja a tiempo parcial?
Adrianzén dice que la calidad
de la universidades del Perú se basa en la libre competencia entre ellas. Eso
tampoco es verdad, no hay manera de compararlas, salvo viendo sus campañas de
publicidad que dan vergüenza. Por lo demás basta abrir los ojos y ver lo que
hay detrás de los letreros de las universidad: ni siquiera sus construcciones
son adecuadas e higiénicas. No hablo de algunas centrales universitarias que
son el mascarón de proa. Hablo de sus sucursales, esas con las que se tropieza
uno por todos los barrios limeños, o de provincias.
Mientras tanto las
universidades nacionales han sido pauperizadas por todos los gobiernos. La
universidad pública es un peligro para la estabilidad del país, dicen los
gobernantes.
Y acabo con esto: la
inversión de 3% en educación que hace el Perú con relación de su PBI, es la
mitad de lo que invierte México o los países nórdicos. En declaraciones
recientes el ministro de Economía dijo que el Perú llegará a invertir en
educación el 6% de su PBI el año 2024, ¿alguien le cree?, ¿cómo puede
garantizar él ese remoto objetivo?, ¿porqué no comienzan ahora apoyando la educación?
La respuesta es sencilla: porque desde la Colonia en nuestro país existe una
política de mantener ignorante al pueblo. Al poder económico del país le
conviene que la gente no sepa que esquilman al país contaminando la tierra,
robando todo lo que pueden, no pagando impuestos o manteniendo precios altos,
como las medicinas que son 4 veces más caras que en España.
¡Revolución ignorada!, qué
sarcasmo el del decano. Es ¡Explotación y degradación ignorada!
Herbert Morote
Julio 2014
PD. Sobre educación escribí
el libro –Pero… ¿tiene el Perú salvación?– (que como se recuerda fue en parte
plagiado por Bryce) La edición está agotada pero se puede leer gratis en PDF http://www.herbertmorote.com/tiene_peru.asp
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