Al leer esta poesía de Khalil Gibran crei que estaba hablando del Perú.
Leámosla masticando sus sílabas.
HM
KHALIL GIBRAN
Compadeceos de
la nación que está llena de creencias
Y vacía de religión.
Compadeceos de la nación
que usa telas que no ha tejido,
la que come un pan que no
ha sembrado,
Y la que bebe un vino que
no mana de sus propios lagares.
Compadeceos de la nación que
aclama al jactancioso como a un héroe,
Y que considera bienhechor
al fastuoso conquistador.
Compadeceos de la nación
que desprecia las pasiones cuando duerme
pero se somete a su yugo al
despertar.
Compadeceos de la nación
que sólo alza la voz en el cortejo fúnebre,
Que no se enorgullece más
que en medio de sus ruinas y que no se rebela
sino cuando su cuello está
entre el hacha del verdugo y el tronco de madera.
Compadeceos de la nación
cuyo estadista es un zorro,
Cuyo filósofo es un prestidigitador
malvado, y cuyo arte consiste
en imitar y remedar a los
demás.
Compadeceos de la nación
que acoge a su nuevo gobernante con fanfarrias
y lo despide con gritos
destemplados para luego recibir con más fanfarrias
al nuevo gobernante.
Compadeceos de la nación
cuyos sabios están mudos por el peso de los años
y cuyos hombres fuertes
todavía están en la cuna.
Compadeceos de la nación
troceada y fragmentada,
Y en la que cada trozo se cree
a sí mismo una nación.
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