sábado, 21 de octubre de 2017

HASTA PRONTO FEDERICO LUPPI


A comienzos de  2007 tanto el director de teatro Jorge Eines como el productor teatral  Jesús Cimarro buscaban un actor con suficiente experiencia, capacidad y prestigio para hacer el papel principal de EL GUÍA DEL HERMITAGE. En eso se enteraron de que Federico Luppi, agobiado por la situación de su amada Argentina, vino a residir en Madrid. Él era el mejor candidato posible. El primer contacto lo estableció Eines, que también es argentino, sin encontrar  mucho entusiasmo por parte de Federico. Algo pasaba por su mente que no podíamos apreciar. Cimarro entra en acción recibiendo también explicaciones no muy claras. Fue así como decidieron que yo entrase en acción y organizamos una cena informal en casa. La simpatía fue inmediata, hablamos sobretodo de los desastrosos gobiernos de Argentina y Perú mientras saboreábamos una sopa de bacalao con papas que descubrí era su plato favorito. Varias cenas más con jugosas tertulias nos hicieron sentir como si nos hubiéramos conocido toda la vida.  


 La objeción de Luppi no estaba relacionada con la obra sino con una cierta renuencia a hacer teatro luego de 10 años dedicados solo al cine. El teatro, además de talento,  requiere fortaleza física y entrega emocional diaria,. Federico sabía muy bien lo que eso significaba. El programa que ofrecía Cimarro era muy exigente:  gira de octubre a junio donde visitarían 60 ciudades del país.  Luppi tenía 71 años, con cierto problemas bucales y en las manos. Además venía de casarse con una maravillosa joven, Susana Hornos, unos treinta y tantos años menor que él.  

Otras comidas y otras tertulias.  Finalmente Federico venció a sus temores y aceptó. Ya se conoce el resultado: la gira fue un rotundo éxito gracias a que Federico cumplió con responsabilidad y entrega en cada una de las funciones, no importaba si era el Teatro Bellas Artes de Madrid o el Auditorio de Cieza. La obra la vieron 57,000 personas y pudieron ser más ya que otras ciudades pidieron extender la gira un año más, pero Luppi se había comprometido con antelación con una productora de cine.

Sin llegar del todo a desaparecer, con el paso de los años y su regreso a Argentina, se fue evaporando nuestro contacto, pero no mi recuerdo.  

Durante el tiempo que vivió en España mi amistad con Federico fue entrañable. Descubrí que tras ese hombrón de porte serio y seño adusto se escondía un niño tierno con temores infantiles. 

Más que un magnífico actor, Federico era una muy buena persona.
Hasta pronto Che. 
Herbert


PD. Si deseas saber más sobre El Guía del Hermitage entra en http://www.herbertmorote.com/hermitage.asp
 

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