domingo, 18 de marzo de 2018

ABDÓN YARANGA. DESAPARECE EL ÚLTIMO AMAUTA.





Comienzo triste, muy triste al escribir estas palabras. A sus ochenta y ocho ha muerto Abdón Yaranga. Mi “tayta Abdón”, como solía llamarlo, era un ayacuchano sabio, un verdadero amauta, una de esas personas que debían pervivir siempre. Como todos los sabios su labor era silenciosa, no tenía necesidad ni interés en destacar en los medios de comunicación. Su vocación era la enseñanza del quechua y la cultura andina, y al ver que esas materias no tenían acogida en su propia patria, la realizó en París a donde fue muy joven para estudiar etnología bajo la tutela de Paul Rivet. Luego de graduarse en La Sorbonne realizó su carrera docente en la Universidad de París VIII donde enseñó durante varias décadas. A su jubilación su facultad le rindió un  sentido homenaje plasmado en el libro  “Hommage à Abdón Yaranga, l´ indien quechua de Paris”, que contiene varios trabajos del “Equipo de investigación de lenguas y culturas oprimidas y minorizadas”, de la que fue distinguido miembro.  Sí, el tayta Abdón Yaranga trabajó para dar a conocer pueblos como el quechua que, siendo la mayoría del país, fue minorizada y sigue oprimida por la casta gobernante del Perú.

El tayta Abdón nunca dejó de pensar en sus raíces. Mientras su salud le permitió visitaba todos años pueblos ayacuchanos de su infancia que le  permitía mantenerse al día con su idioma natal y recoger poesía y música quechua que luego estudiaba con fruición.  Fruto de esa labor fue la publicación de su libro “El tesoro de la poesía quechua / Hawarikuy Simipa Illan” Edición Bilingüe. Publicado en España por Ediciones de la Torre en 1994 con gran acogida por la crítica literaria española. Este libro quizá se puede encontrar de segunda mano en este enlace  https://www.iberlibro.com/servlet/SearchResults?sts=t&an=Abd%F3n+Yaranga&tn=&kn=&isbn=

Luego ni la edad ni los achaques propios de sus años le impidió seguir su vocación y se dedicó a la preparación de un diccionario quechua español y a estudios sobre su ciudad natal, Sirkamarca, o Circamarca como la llaman en la actualidad. Esa ciudad está situada en la provincia de Vilcashuamán  en la que su abuelo fue el último Kuraka. Siglos atrás allí también nació el primer cronista andino de la Colonia. Huamán Poma de Ayala, llamado por mi tayta Abdón por su nombre quechua “Waman Puma Amaru (de Ayala)”  acababa sus crónicas sobre el abuso de los españoles diciendo “y no hay remedio”.

Conversar con el tayta Abdón era una delicia. Con una especial cortesía y gentileza andina te explicaba sus trabajos e investigaciones sobre la cultura quechua, su música, poesía, costumbres. Recuerdo muy bien la primera vez que fui a almorzar a su casa en la Rue Tage de París en la que había preparado  desde el día anterior unos adobos ayacuchanos que te trasladaban a esos lares.

Dentro los hábitos que tenía el tayta Abdón en París estaba visitar la tumba de César Vallejo para conversar con él. Sí, sí, se iba a conversar con César Vallejo. Sobre esta particular costumbre escribí un artículo que se puede leer en http://www.herbertmorote.com/tumba_vallejo.asp

El tayta Abdón Yaranga no podía haber realizado su vocación sin la ayuda y comprensión de su esposa Zofía, quien fue un apoyo a este intelectual ayacuchano, a un amauta, buena persona y genuino intelectual. A ella y su hijo Igor, le envío mis condolencias.
Herbert

PD. Si el Perú fuese otro país, el fallecimiento del Abdón Yaranga habría causado un duelo nacional, pero esa sociedad ha dado la espalda a los genuinos exponentes de su cultura. “Y no hay remedio”. HM

1 comentario:

  1. Yo lo conocí en persona cuando pasaba por Cangallo rumbo a Huancaraylla. Estupendo amigo que me prometió darme una copia de la obra de su abuelo Néstor Yaranga. Fui a buscarlo a París para este propósito y sólo para enterarme que había muerto él, su esposa y uno de sus dos hijos. Llegué a su casa acompañado por mi gran amigo Sebastian Zollcau, también de raíces ayacuchanas. Me informaron que su biblioteca y probablemente el manuscrito de su abuelo había sido vendido o donado al Centro de Investigaciones de la Universidad de Varsovia que dirige el Dr. Ziolkovski, gran peruanista. Estoy esperando que concluya la guerra entre Rusia y Ucrania para visitar dicho Instituto y tentar la suerte de enontrar dicho manuscrito que tiene para la historia regional ayacuchana un gran valor.

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