martes, 30 de octubre de 2018

UNA MUJER QUE ILUMINA

 





¿Quién era esa mujer a la que se le rindió un inolvidable y conmovedor homenaje en el abarrotado Teatro La Latina el pasado lunes 29 de octubre?  No era  una artista de moda, ni dramaturga de renombre, ni coreógrafa de prestigio y sin embargo atrajo la máxima admiración y cariño de todos los “teatreros” que tuvimos la suerte de conocerla.  
En este mundo de rutilantes vedettes y efímero famoseo en el que nos ha tocado vivir,  conocer a Kathleen López Kilcoyne fue un grito de esperanza y optimismo en el ser humano.  No todo está perdido, parecía trasmitir su personalidad, hay que tener esperanza en el otro.
En Kathy veías  a alguien genuinamente interesada por ti que siempre se alegraba de verte. No importaba si la encontrabas en el metro, en una cafetería o un bar, ella invariablemente mostraba esa calidez humana tan ausente en el caos de la modernidad.
Debía ser agotador su trabajo como subdirectora de la productora de teatro Pentacion, propietaria de dos importantes teatros en Madrid y  con una enorme red de distribución teatral en España.  Su agenda no tenía horas ni días de descanso, ella vivía a tope, sin embargo cuando acudías a ella todo se paralizaba a su alrededor, tú eras su persona más importante y solucionaba el asunto con una naturalidad pasmosa. Y eso lo hacía porque a base de conocimientos y dedicación llegó a conocer los entresijos del teatro y las peculiaridades de su gente.
Todo esto se testimonió en el teatro La Latina mediante las palabras de actrices (Concha Velasco y Lola Herrera), técnicos y ejecutivos de Pentacion, amigos, familiares y hasta la enfermera de Cuidados Paliativos del Hospital 12 de Octubre dio cuenta de su integridad moral, alegría y valor. Kathy falleció luego de 2 años y medio de lucha contra el cáncer. Tenía solo 54 años.
Los recuerdos relatados por los  participantes nos conmovieron y a la vez sirvieron para apreciar una vez más todo lo que un ser como Kathy puede influir en tu vida. Aunque no lleguemos nunca a su nivel, creo que mostró un camino  sobre el que deberíamos reflexionar.
Los emotivos testimonios finales de Jesús Cimarro, presidente de Pentacion, y de Ana Labordeta, viuda de Kathy, llegaron al corazón de los asistentes y nos hicieron salir del teatro cavilando sobre ¿qué es lo que  nos hace ser buenas personas?
Gracias querida Kathleen López Kilcoyne por el ejemplo que has dejado.
Descansa en paz.

Herbert
Madrid 30 de octubre de 2018



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