jueves, 28 de abril de 2011

INDIGNANTE RETRASO DE REPACIONES PARA LAS VÍCTIMAS DEL TERRORISMO

Parece que hay unanimidad en creer que un alto crecimiento económico del país es el modelo a seguir. Hasta Humala lo acepta, quizá para no alarmar más a una población que ve en la solidaridad y justicia para con el prójimo el inicio de una revolución marxista stalinista.
Veamos un ejemplo de cómo nuestro record de crecimiento económico no cumple su cometido social. Tomemos un caso que nos atañe a todos: la reparación a las víctimas del terror causado en su mayor parte por Sendero Luminoso y MRTA, pero también por algunos malos elementos de las fuerzas del Estado responsables de un 30% de los 70,000 asesinatos, y de una proporción parecida en torturas, violaciones, desapariciones y desplazamientos forzados.
Desde los tiempos de Toledo existe una ley que compromete a la nación a reparar a las víctimas. Desgraciadamente, poco y mal han pagado hasta ahora, pero no solo esto debe preocuparnos, el asunto que por fin ha salido a la luz es la incapacidad que tiene el CR, Consejo de Reparaciones, para hacer su trabajo.

En una carta reciente que transcribimos íntegramente este organismo pide a su nivel superior, CMAN, CONSEJO MULTISECTORIAL DE ALTO NIVEL (Título tan rimbombante como inútil) que incorporen al Consejo de Reparaciones representantes de las víctimas y denuncia, además, su desacuerdo con que CMAN efectúe una “verificación y depuración del listado de beneficiarios” que elabore el Consejo de Reparaciones, pues es una función que no le corresponde. Lo terrible también de esta carta es que denuncia que se atiende más a la Caja Fiscal que a las obligaciones del Estado, es otras palabras que el crecimiento económico no sirve para otra cosa que enriquecer a alguien, no a la sociedad. Luego que han pasado once largos años desde que acabó el genocidio todavía estos organismos están pensando “cuales deben ser los criterios a emplear para el cálculo del monto de la reparación económica”. ¡Qué horror!
Lo que esta carta denuncia es la falta de interés del gobierno para pagar justas reparaciones. No es una limosna, no es una obra de caridad, es un derecho que tienen las víctimas que no solo no fueron protegidas por el Estado, sino que el mismo Estado fue en parte causante de su oprobio.
¿Falta dinero para pagar o falta compromiso para apaliar el dolor de nuestros compatriotas? ¿Para qué sirve un modelo económico de crecimiento sino va a cumplir con sus obligaciones ciudadanas?
En otros artículos seguiremos denunciado el desamparo de las víctimas, es decir de nuestros compatriotas.
HM
PD. El subrayado en verde es nuestro.






Presidencia del Consejo de Ministros
NOTA DE PRENSA
Consejo de Reparaciones emite opinión sobre la propuesta de reparaciones económicas
En comunicación dirigida a la CMAN, los integrantes del Consejo de Reparaciones recomendaron que la propuesta de Programa de Reparaciones Económicas a las víctimas de la violencia, cuya implementación se viene discutiendo, sea consultada y consensuada con las propias víctimas, y que ello incluya la revisión de los criterios empleados para definir el monto de las indemnizaciones.

Estos señalamientos fueron planteados luego de analizar el Informe “Lineamientos técnicos y metodologías para la determinación de los montos, procedimientos y modalidades de pago que deberán regir la implementación del Programa de Reparaciones Económicas”.

Los Consejeros expresaron su inquietud al considerar que no “se han tomado los cuidados necesarios para que la voz de las víctimas sea incorporada” en esta propuesta. Entienden que una adecuada participación hubiera consistido en definir, en conjunto con la población afectada, los criterios a emplear para el cálculo del monto de la reparación económica.

Asimismo, los Consejeros señalaron que con los criterios empleados para determinar los montos de la indemnización se podría dar a entender que se atiende más a aspectos como la superación de la pobreza o el cuidado de la caja fiscal, importantes sin duda, pero que traen el riesgo de colocar el carácter reparador en un segundo plano. En consecuencia, expresaron, el programa podría perder su “fuerza dignificadora”.

Finalmente, expresaron su desacuerdo con que la CMAN efectúe una “verificación y depuración del listado de beneficiarios” que elabore el Consejo de Reparaciones, pues es una función que no le corresponde.

Los Consejeros insistieron en la necesidad de un programa que afirme un mensaje de reconocimiento a las víctimas. “A lo mejor ello lleva a proponer modificaciones en los aspectos ya mencionados, pero estos serán bienvenidos si se logra un proceso con un efecto realmente reparador y que goce de legitimidad entre la población afectada”, señalaron finalmente.

Lima, 1 de abril de 2011

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